Seat ha invertido el año pasado en la planta que tiene en Martorell (Barcelona) seis millones de euros para aumentar la producción de la gama TGi de vehículos de gas natural comprimido (GNC).
El dato lo ha facilitado este viernes el director de comunicación de Seat España, Fernando Salvador, en la presentación de las novedades de la gama TGi (son híbridos al montar depósitos de gasolina y de GNC), a la que acaba de incorporarse el SUV urbano Arona.
Gracias a esos seis millones de euros la producción diaria de vehículos de gas natural vehicular en Martorell ha pasado de 95 a 250 unidades.
Desde esa fábrica se producen para todo el mundo las versiones de GNC de Ibiza, Arona y León (en carrocería de cinco puertas y familiar ST).
El cuarto modelo que completa la gama TGI es el Mii Ecofuel, que se monta en planta eslovaca de Bratislava.
Según el director de movilidad sostenible de Seat España, Antonio Calvo, los vehículos de GNC son la mejor solución de movilidad alternativa, ya que los eléctricos son "inaccesibles" para la mayoría de los conductores por su precio y su falta de autonomía e infraestructura de recarga.
En comparación con un gasolina, el GNC es hasta un 51% más barato (el kilo de gas cuesta 0,90 euros y el litro de gasolina 1,32 euros); y frente a un diésel hasta un 40% más barato (el litro sale de media a 1,26 euros).
De acuerdo con esas cifras que ha facilitado, por menos de tres euros se pueden recorrer 100 kilómetros.
Esto ha posibilitado -ha dicho- que Seat haya vendido en Europa en 2018 casi 12.000 vehículos de GNC, de los que las mayores matriculaciones se han registrado en tres mercados: España (3.374, en 2017 fueron 1.042 unidades), Alemania (3.371) e Italia (3.072).
En su defensa de la gama TGi de Seat también ha indicado que -de acuerdo con la patronal de consumidores europeos- el coste de propiedad de un GNC es un 71% inferior al de un eléctrico, un 11% respecto a un diésel, un 18% en comparación a un gasolina y un 22% frente a un híbrido.
Asimismo, citando un análisis de la NVGA (la patronal europea de del gas), ha precisado que las emisiones de CO2 que se registran a la hora de fabricar y de circular durante unos 150.000 kilómetros con un GNC son casi iguales a las de un gasolina y un diésel, y más del doble que un eléctrico durante ese largo período.
Sin embargo, si se consigue un GNC de origen renovable, en vez de sintético, las emisiones de C02 se igualarían a las de un eléctrico, ha advertido Antonio Calvo.
Por tanto, debido a que la gama TGi cuenta con una tecnología bien conocida , no pierde con los años tanto valor como un diésel o un gasolina (cuenta con la etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico) y es más sostenible (su media de emisiones de C02 por kilómetro recorrido es de 95, que es la que exigirá la UE en 2020) es la "mejor elección".
La incorporación del Arona no es la única novedad en la gama TGi, ya que el Léon pasa a montar un propulsor TSI 1.5 de 130 CV y todos (menos el Mii, que sigue con dos) disponen de tres depósitos de gas.
Esto ha permitido al León aumentar su capacidad de almacenamiento de gas hasta los 17,3 kg y a los Ibiza y Arona a 13,8 kg, según el director de operaciones, producto y precios de Seat España, Cristian Calvo.
Para conseguirlo han reducido el depósito de gasolina de 50 litros a 9 y de los Arona e Ibiza de 40 a 9.
Esta decisión la han tomado, ha afirmado Calvo, porque así lo han demandado los clientes de la marca por la diferencia de precio que existe a la hora de repostar GNC y gasolina.
Preguntados por la posibilidad de que la falta de gasineras (actualmente en España hay 65, la previsión es que lleguen a 100 este ejercicio y a 300 en 2030) dificulte la compra de un vehículo con esta tecnología, Antonio Calvo ha respondido que no, porque la autonomía extendida con la que ahora cuentan permite recorrer toda España repostando en un punto intermedio.