El plan de empresa de Hunosa prevé jubilar hasta 2023 a más de 500 trabajadores, en torno al 55 por ciento de la plantilla actual, e invertir 56 millones de euros en proyectos de reactivación, así como en el pozo San Nicolás, el lavadero Batán y la Térmica de la Pereda al menos hasta 2021.
El Plan de Empresa 2019-2027 garantiza también la transición de la hullera hacia actividades de energía, servicios energéticos y restauración medioambiental
Las prejubilaciones se plantearán a partir de los 51 años de edad química (la edad física más coeficientes reductores) y en las mismas condiciones económicas que en el anterior plan de empresa, según han señalado a
El acuerdo contempla también que los trabajadores de subcontratas seguirán realizando trabajos hasta 2021 en Hunosa y que tendrán un trato preferente en los proyectos empresariales que se beneficien de fondos mineros.
Este principio de acuerdo, alcanzado ayer en Madrid tras tres días de negociación entre sindicatos y dirección de la hullera pública, ha contado con el respaldo de los trabajadores en las asambleas celebradas esta mañana en Mieres por los sindicatos mineros SOMA-FITAG-UGT y CCOO, por lo que será ratificado en los próximos días.
El acuerdo garantiza la actividad de Hunosa hasta el año 2027, aunque sólo se concretan planes de actuación hasta diciembre de 2021 en las tres piedras angulares de la hullera pública: el pozo San Nicolás, el único que continúa abierto, el lavadero Batán y la térmica de La Pereda, en Mieres.
La segunda fase del plan, la de consolidación de Grupo Hunosa para su "funcionamiento estable a largo plazo", deberá ser objeto de una nueva negociación a partir del segundo semestre de 2021.
Lo que sí se garantiza ya para ese periodo es que tampoco habrá salida traumática de empleados, según las mismas fuentes.
Hasta entonces, Hunosa tiene previsto invertir unos 3,7 millones de euros en el pozo San Nicolás, un millón de ellos en 2021, por lo que los sindicatos no descartan que pueda prolongarse la actividad en esta explotación, al igual que en el lavadero del Batán y en La Pereda.
En el lavadero del Batán, no se descarta que pueda continuar su actividad más allá de esa fecha con una nueva línea de negocio relacionada con el tratamiento de carbones para el sector metalúrgico y químico, mientras que el futuro de La Pereda estará condicionado por el régimen retributivo y el mercado de las emisiones de CO2.