Concha Gómez
Borja Prado, que abandona los cargos de presidente y consejero delegado de Endesa el próximo viernes, dejará una empresa de menor tamaño que la que asumió en 2009 después de que su accionista mayoritario, la eléctrica italiana Enel, se quedara con el negocio en Latinoamérica y que desde 2015 destina todo su beneficio a dividendos.
Prado, que tras diez años en la compañía abandona el Consejo de Administración, al que se incorporó como consejero dos años antes, asumió la Presidencia de la eléctrica en 2009, en sustitución del presidente de Acciona José Manuel Entrecanales, después del acuerdo de compraventa entre Enel y el grupo constructor Acciona para hacerse con el 25 % que mantenía en Endesa, con lo que Enel elevó su participación en la española al 92 %.
Borja Prado pasó a presidir la compañía en 2009, después de que en 2008 la eléctrica hubiera duplicado su beneficio, al ganar 7.169 millones de euros, con respecto a 2007, debido principalmente a la venta de activos a E.ON.
No obstante, sin los extraordinarios y la actividad de las instalaciones vendidas en 2008, el resultado se situaría en 2.371 millones de euros, con una mejora del 5,8 % respecto a 2007.
Endesa había vendido a E.ON, a cambio de que se retirara de la pugna por su control, la totalidad de sus activos en Europa y las centrales de Los Barrios (Cádiz) y Tarragona, lo que le reportó unas plusvalías brutas de 4.564 millones.
Enel pasó a tener el control de Endesa tras comprar a Acciona el 25 % del capital que mantenía en la eléctrica a cambio de unos 11.000 millones de euros, pagaderos en efectivo y con activos.
En el ejercicio de 2008, Endesa obtenía un beneficio neto de 506 millones de euros sólo en Latinoamérica, de cuyos activos se desprendió en 2014 por 8.253 millones de euros.
La venta tuvo una importante repercusión en los resultados de Endesa en ese ejercicio y la eléctrica elevó su beneficio neto en un 77,6 %, y alcanzó un resultado de 3.337 millones de euros, gracias a las plusvalías derivadas de la venta a Enel de los negocios en Latinoamérica.
Coincidiendo con la obtención de ese resultado, Endesa anunció su intención de distribuir la totalidad del beneficio en forma de dividendo.
La actual Endesa, con un tamaño mucho menor y con un negocio centrado sólo en España y Portugal, cerró 2018 con un beneficio neto de 1.417 millones de euros, un 3 % menos que un año antes, impactada por la dotación de pérdidas por deterioro de 158 millones de euros derivada del cierre de su central térmica de Es Murterar, en Alcudia (Mallorca), sin la cual hubiera crecido un 4 % más hasta los 1.511 millones.
Enel, que llegó a alcanzar una participación del 92 % en Endesa, la redujo hasta el 70 % actual después de que en noviembre de 2014, a través de una oferta pública de venta (OPV) de acciones, se desprendiera de un 22 % del capital de la eléctrica española.
Pocos meses después, Endesa regresaría al principal indicador de la bolsa española, el IBEX 35, que había abandonado en diciembre de 2013 para cotizar en el mercado continuo, tiempo que en el que se revalorizó más del 40 %.