Madrid, 11 abr (EFECOM).- El precio de los alquileres en Madrid y Barcelona supera los valores que se registraban antes del estallido de la crisis, a diferencia de lo que ocurre con el de la venta de vivienda, que está por debajo, según señala el Banco de España.
En un artículo en el que repasa el mercado de la vivienda en España, la entidad señala que en 2018 se observó incluso una caída de los alquileres en Barcelona con respecto a años anteriores, al igual que una desaceleración del precio de venta.
Desde una perspectiva internacional, la proporción de la población que vive de alquiler en España es todavía reducida, habiendo avanzado en mayor medida entre los jóvenes de 16 a 29 años y los ciudadanos de entre 30 y 44 años debido al impacto que tuvo la crisis en estos segmentos de población.
El Banco de España señala además que las rentas del alquiler han mostrado un incremento significativo en el período más reciente y, según la información recogida en el portal inmobiliario Idealista, el crecimiento habría sido del 9,3 % en 2018.
Por otro lado, el Banco de España apunta que tras un intenso ajuste durante la crisis, los precios de la vivienda se han recuperado un 27 % desde los mínimos de 2014.
También apunta la evolución dispar del precio de la vivienda en las distintas comunidades. Así, el avance acumulado desde el mínimo durante la crisis supera el 20 % en las más dinámicas (49 % en Madrid y 39 % en Cataluña) y en las menos se sitúa en torno al 8 %.
En Cataluña, Comunidad de Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana el número de viviendas visadas se ha recuperado un 200 %, mientras que en otras comunidades ha crecido por debajo del 90 %.
Además, señala que el precio de la vivienda nueva sigue por encima de la de segunda mano.
La entidad indica también que el número de compraventas (550.000 en 2018, el 10 % más que en 2017) es aún muy inferior al que se registraba antes de la crisis. De hecho, en promedio anual, durante el período 2004-2007 el número de transacciones ascendió a 885.000.
Por otro lado, el banco apunta que desde 2013, la demanda de vivienda supera la oferta, lo que se ha traducido en una "lenta, pero progresiva", absorción del volumen de viviendas sin vender, que se estimaba en torno a unas 500.000 viviendas a mediados de 2018.
En este sentido, reconoce que el nivel de iniciación de viviendas sigue siendo reducido en términos históricos.
También subraya que aunque los británicos son los compradores con mayor peso sobre el total (14 %), seguidos de franceses y alemanes (8 % cada grupo), rumanos y marroquíes (7 % cada grupo), su peso se ha reducido significativamente desde 2017, posiblemente por el impacto del "brexit".