Dos cambios en el software de control de los Boeing 737 MAX que fueron cruciales en los accidentes de Indonesia y Etiopía no fueron revisados por la autoridad de aviación estadounidense (FAA, en inglés), aunque sabían de las modificaciones en el conocido sistema MCAS.
Boeing decidió multiplicar por cuatro la potencia del mecanismo automático que hacía inclinar el morro del avión, así como extender el uso de este software en un mayor número de sucesos, algo que fue decisivo para las catástrofes aéreas en las que murieron cientos de pasajeros, según informó este jueves The New York Times.
Ambos cambios, que hicieron que el software se activara de manera errónea en ambos accidentes y dificultaron a los pilotos recuperar el control de las aeronaves, no fueron revisados por la FAA ya que no requerían de una nueva revisión de seguridad, de acuerdo con tres fuentes conocedoras de los procedimientos entrevistadas por el rotativo.
En tanto que los cambios no afectaron a partes que la agencia considera como especialmente críticas o arriesgadas en vuelo, no era necesaria una inspección de dicho software, que requeriría a los oficiales federales un examen sobre el efecto de dichas modificaciones del software en la seguridad de la aeronave y sobre las posibles consecuencias de un mal funcionamiento.
Las primeras investigaciones sobre el siniestro de un 737 MAX 8 en Etiopía el pasado 10 de marzo, que causó 157 muertos, muestran que la tripulación siguió todos los procedimientos de seguridad, pero no pudo desactivar el software de control automatizado que hizo descender a la aeronave.
Al parecer, los pilotos reencendieron el sistema automatizado, conocido como MCAS, que sirve para evitar el estancamiento del avión, y utilizaron interruptores eléctricos para intentar elevar el morro, pero al activar el sistema este continuó impulsando el aparato hacia abajo.
Un error similar ocurrió en otro modelo perteneciente a la compañía indonesia Lion Air, que se estrelló el 29 de octubre en el Mar de Java con 189 ocupantes.
No fue hasta este incidente cuando a los pilotos se les informó sobre el sistema e incluso en aquel momento la empresa aeronáutica no explicó todos los riesgos que ello implicaba.
Además, la FAA externalizó gran parte de las certificaciones sobre la seguridad de los aeroplanos a Boeing, creando una relación "cómoda" entre supervisor y supervisado, donde era la empresa la que se auditaba a sí misma.
La agencia defiende sus procedimientos de revisión, aseverando que sus empleados trabajaron durante más de 110.000 horas revisando los modelos 737 MAX, lo que incluyó 297 test de vuelo.
Boeing anunció la pasada semana que ralentizaba la producción de los modelos estrellados, después de que el mes pasado decidiera paralizar las entregas de los aviones ya ordenados.