Unicaja Banco y Liberbank entran en la recta final de las negociaciones para su fusión, que anunciarán en los próximos días, a falta de concretar la participación futura de ambas entidades en el grupo y después de más de cuatro meses intensos de conversaciones.
Los contactos entre los dos grupos para crear el sexto mayor banco de España, con un volumen de activos próximo a 96.000 millones, se iniciaron a principios de diciembre con la idea de que la operación pudiera cerrarse en la primera mitad de 2019.
Deutsche Bank y Mediobanca han participado durante todo este tiempo como asesores de ambas entidades para definir el proyecto común de fusión y con él la ecuación de canje, la clave para determinar el peso de Unicaja Banco y Liberbank en el nuevo grupo.
Desde un primer momento, a tenor del volumen de activos, se dio por hecho que Unicaja Banco obtendría una participación del 60 % y Liberbank el 40 % restante, pero fuentes próximas a la operación matizaron a Efe que el grupo andaluz probablemente se quedará entre el 55 y el 57 %, con lo que Liberbank aumentaría hasta el 43 o 45 %.
El volumen de préstamos morosos y los activos adjudicados inmobiliarios de cada grupo se tendrán especialmente en cuenta para fijar la ecuación de canje que tendrá que ser aprobada primero por los consejos de administración de ambos bancos y luego por el visto bueno de las respectivas juntas de accionistas.
La idea inicial era que la fusión se lleve a cabo sin necesidad de recurrir a una ampliación de capital, ya que el grupo resultante podría aprovechar las sinergias que genere y la liberación de capital para hacer frente a los gastos de reestructuración.
Estos gastos provendrían principalmente por la integración informática y los ajustes de plantilla en los servicios centrales, ya que las redes de sucursales son complementarias.
Unicaja Banco se centra en Andalucía y Castilla y León, mientras que Liberbank cuenta con una posición estratégica en Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha y Extremadura.
Por tanto, las redes de sucursales son complementarias y sumarían 1.866 sucursales, 1.182 de Unicaja Banco y 684 de la propia Liberbank, que cuenta además con más de un centenar gestionadas por asesores bajo un modelo de franquicia.
Pero hay además otras opciones para evitar una ampliación de capital para llevar a cabo la fusión, desde la venta de la participación del 22 % que ambas entidades suman en la aseguradora Caser y que podría reportarles algo más de 200 millones, hasta los créditos fiscales o la venta de activos problemáticos.
El grupo de Unicaja Banco y Liberbank nacería con cerca de 4.500 millones en créditos fiscales, según datos consultados por Efe.
Fuentes financieras confían en que no haya sorpresas y la fusión llegue a buen puerto, pero ponen en duda que el nuevo grupo tenga un tamaño suficiente para hacer frente a las exigencias regulatorias, las inversiones en tecnología y al retraso en la subida de tipos de interés en Europa.
En todos estos meses de negociaciones, la sorpresa la protagonizó Abanca, controlada por el venezolano Juan Carlos Escotet, que el 22 de febrero ofreció 1.700 millones de euros para hacerse con el 100 % de Liberbank mediante un canje de acciones con las fundaciones de Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, y, en teoría, un pago de casi 1.300 millones al resto de accionistas.
Abanca parecía dispuesta a pagar 0,56 euros por título a los accionistas de Liberbank, según informó a la CNMV, sin embargo, su propuesta era singular porque se articulaba como una opa por fases que llegaba en plena fusión de Liberbank con Unicaja Banco.