Moscú, 15 abr (EFECOM).- El gigante metalúrgico ruso Rusal construirá junto con la estadounidense Braidy Industries una fábrica en EEUU para producir productos de aluminio laminado plano para la industria de automoción estadounidense, pocos meses después de que Washington levantara las sanciones que había impuesto a la compañía rusa.
El proyecto conjunto se enmarca en un acuerdo de intenciones que ambas empresas quieren firmar a lo largo del segundo trimestre y en virtud del cual Rusal tendrá una participación del 40 % y Braidy Industries del 60 %.
La intención de Rusal y de Braidy Industries es construir la planta en Ashland (Kentucky), informó en un comunicado la empresa rusa, en el que indicó que la fábrica tendrá una capacidad de producir 500.000 toneladas de banda laminada en caliente y 300.000 toneladas de productos laminados en frío al año.
De acuerdo con Rusal, la producción de la planta "ayudará a reequilibrar el déficit previsto en el segmento del laminado para carrocerías en el mercado estadounidense".
Según la empresa rusa, "la demanda de productos laminados planos en Norteamérica ha demostrado un sólido crecimiento en los últimos cinco años y continuará creciendo por encima de las tasas promedias en el mundo, especialmente en el sector automotriz.
Rusal suministrará aluminio para la nueva fábrica desde la fundidora de Taishet que está siendo construida en Siberia.
La ubicación de la fábrica de Ashland, que estará cerca de un gran número de fabricantes de componentes automotrices "garantizará un transporte eficiente de los productos terminados", indica la empresa.
En abril de 2018 Rusal fue incluido en la lista negra de EEUU, lo que prohibía a los ciudadanos y empresas estadounidenses comerciar con esta empresa.
Las sanciones fueron aplicadas porque uno de los mayores accionistas de la compañía era el oligarca ruso Oleg Deripaska, vinculado al Kremlin.
Deripaska fue sancionado en abril de 2018 dentro de un paquete de restricciones contra Rusia por sus acciones en Ucrania y Siria, además de por su presunta injerencia en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016.