Preparar un viaje puede ser un auténtico quebradero de cabeza. Desde la compra de los billetes a la búsqueda de alojamiento pasando por las recomendaciones de sitios para comer, monumentos que visitar… el planteamiento de unas vacaciones puede no tener límites. Para cuidar hasta el último detalle, tampoco podemos olvidar que durante nuestra estancia fuera pueden ocurrir accidentes o imprevistos que cambien nuestra hoja de ruta, así que un seguro de viaje es la mejor forma de estar preparados ante cualquier eventualidad.
¿Por qué es recomendable contratar un seguro de viaje? Además de para estar cubiertos ante una enfermedad o accidente en el lugar de destino, un seguro de viaje puede cubrirnos ante los gastos de cancelación si, por ejemplo, hemos tenido una emergencia por la que debamos anular el viaje, pérdida de equipaje o traslados hospitalarios hasta nuestro país.
Es cierto que si viajamos dentro de España no tendremos problema en cuanto a asistencia sanitaria e incluso si lo hacemos en otros países europeos, la Tarjeta Sanitaria Europea, que es gratuita, nos garantiza la misma cobertura sanitaria pública que al resto de residentes. Aún así, tanto si viajamos por Europa como en países fuera la UE, un seguro de viaje es garantía de tranquilidad.
Desde la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), recomiendan comprobar en primer lugar la asistencia sanitaria de la que disponemos, por ejemplo, si contamos con un seguro médico privado o seguro del hogar que ofrezcan cobertura sanitaria en viajes. Sin embargo, al viajar fuera de la UE, es casi imprescindible tener un seguro de viaje, pues en caso de emergencia, el coste de la asistencia sanitaria puede ser muy alto.
Para responder a todo tipo de imprevistos durante las vacaciones, BBVA ha lanzado un nuevo seguro digital de asistencia en viaje, que puede contratarse de forma instantánea desde el móvil. Este producto permite incluir un máximo de 12 asegurados sin límites de edad y, en el mismo viaje, se pueden incorporar varios destinos.
Dispone de dos modalidades que cubren diferentes imprevistos. En primer lugar, una modalidad básica que cubre los gastos médicos en caso de enfermedad o accidente, además de los traslados sanitarios o la repatriación en caso de fallecimiento. Por otro lado, si se desea una cobertura más amplia, existe una segunda modalidad, que cubre los gastos del viaje por regreso anticipado (en caso de enfermedad o fallecimiento de un familiar), protege de la pérdida o robo del equipaje y también cubre al cliente si por razones médicas tuviera que prolongar su estancia en el país de destino e incluso, si el asegurado fuese hospitalizado, cubriría el viaje de un familiar para su acompañamiento.
Con este seguro, BBVA amplía sus soluciones de seguros, demostrando, además, los avances en su estrategia de transformación digital, ya que el seguro de viaje puede contratarse desde el smartphone. En el momento en el que el cliente realice -a través de una tarjeta de crédito de BBVA- el pago del viaje, recibirá en su teléfono una notificación ofreciéndole la posibilidad de contratar el seguro de viaje en la propia app del banco.
A partir de entonces, desde la aplicación podrá elegir qué modalidad le interesa y conocer el coste del seguro introduciendo el destino, la duración del viaje y el número de personas que lo realizarán. Además, la contratación se puede realizar con un año de antelación o incluso el mismo día que se inicia el viaje.
¿Qué debemos tener en cuenta al contratar un seguro de viaje?
- La cobertura sanitaria es la razón principal para la contratación de un seguro de viaje. Por ello es importante conocer detalladamente qué ofrece el seguro que contrates, es decir, los servicios sanitarios que incluye. Asimismo, debes valorar los límites de gasto de esta cobertura. Por ejemplo, la OCU recomienda que para viajar a EE.UU y Japón, la cobertura sea de al menos 60.000€ ya que la asistencia sanitaria es eminentemente privada, mientras que para el resto de países bastaría con un capital de 30.000€.
- Traslados y repatriación: En caso de enfermedad o accidente, es posible que tengamos que trasladarnos hasta un centro sanitario en el país de destino o incluso regresar a casa. La cobertura de traslados debe ser fundamental en un seguro de viaje ya que también nos puede proteger ante la necesidad de repatriación en caso de fallecimiento.
- Cancelación del viaje: Las irresistibles ofertas de las aerolíneas pueden hacer que acabemos contratando un viaje con meses de antelación y, llegado el momento, es posible que surjan imprevistos que nos obliguen a cancelar el viaje. Las ofertas y descuentos en billetes o alojamiento no suelen ser reembolsables, así que no debemos descartar contratar un seguro de viaje para que se nos garantice la devolución del importe del viaje si este finalmente se anula.
- Un seguro para todos: Algunos seguros pueden cubrir a varias personas, por lo que, si no viajas solo, un seguro para todos los que viajan puede facilitar los trámites ante cualquier emergencia. También es importante conocer si el seguro que vamos a contratar contiene algún tipo de restricción según la edad, especialmente si viajamos con niños o con personas mayores.
- Casos especiales en Europa: la Tarjeta Sanitaria Europea cubre todos los países pertenecientes a la UE y a la CEE, además de Suiza. Pero esta tarjeta, aunque proporciona una asistencia sanitaria básica (urgencias, empeoramiento de enfermedades crónicas o embarazos), no puede garantizar la gratuidad de todos los tratamientos y servicios, ya que esto dependerá de cada país. En el seguro debemos asegurarnos que se cubren los gastos exigidos por el país de destino.
- Coberturas específicas: Practicar deportes de riesgo entraña un peligro extra en cualquier viaje. Para este tipo de actividades, hay productos con coberturas específicas como rescates en zonas poco accesibles o rehabilitación en el país de destino.
- Otras coberturas: Más allá de la asistencia sanitaria, a la hora de contratar un seguro de viaje podemos valorar la cobertura en otros aspectos, como la pérdida de equipaje, el regreso antes de tiempo por el fallecimiento de un familiar o el desplazamiento de un familiar si hemos sido hospitalizados.