La lira turca ha seguido perdiendo valor de forma paulatina durante el mes en curso hasta quedar este miércoles en 6,59 unidades por euro y 5,87 por dólar, el valor más bajo en seis meses, según los datos del Banco Central turco.
Tras el descalabro sufrido en agosto pasado y la recuperación parcial en otoño, la lira turca se mantuvo relativamente estable, en valores cercanos a las 6 unidades por euro, entre noviembre y febrero pasados.
Pero en marzo, con la campaña para las elecciones municipales que habían sido convocadas para el 31 de ese mes, la moneda turca retomó la senda bajista, que se intensificó tras los comicios.
Respecto al dólar, se depreció en un 10%, una devaluación que se suma a la sufrida en todo 2018, en torno al 28%.
Sobre todo el anuncio del partido gubernamental, el islamista AKP del presidente, Recep Tayyip Erdogan, de que iba a impugnar el resultado de la votación en Estambul, donde perdió por un ajustado margen frente al opositor partido socialdemócrata CHP, ha sembrado la incertidumbre en el sector financiero.
El AKP ha dicho que va a solicitar la repetición de las elecciones en la mayor urbe del país, que congrega el 20% de la población turca y el 30% de su producto interior bruto (PIB).
El nuevo alcalde, el socialdemócrata Ekrem Imamoglu, ya ha tomado posesión del cargo, pero aún se espera la resolución de la Comisión Electoral, que puede anular el resultado y volver a convocar a los ciudadanos a las urnas.
A esta incógnita se añade el deterioro de las relaciones de Turquía con Estados Unidos, también motivo de inseguridad para los inversores, aunque el intercambio bilateral de los dos países representa menos del 6% del volumen del comercio exterior turco.
La insistencia de Ankara de comprar un sistema antimisiles S-400 a Rusia ha alimentado las tensiones políticas con Washington, a lo que se suma el inminente riesgo de sanciones por las importaciones de petróleo y gas desde Irán.
Turquía es uno de los ocho países a los que Estados Unidos otorgó en noviembre pasado una exención de las sanciones que aplica a los compradores de los hidrocarburos iraníes, pero este periodo de gracia, pensado para buscar alternativas, expira a finales de este mes.