Era imposible de pensar. Allá por octubre de 2016, cuando el PSOE se quitó de encima de encima a Pedro Sánchez para abrir una abstención en sus filas que permitieran la formación de Gobierno a Mariano Rajoy, nadie hubiera pensado que poco más de dos años despùés ese mismo Pedro Sánchez pudiera obtener una victoria muy clara en unas Elecciones Generales. Pero así ha sido este 28-A.
Es el vereditcto de las urnas. El PSOE, que en los comicios de 2016 apenas logró 85 diputados, se dispara hasta los 123 diputados. El Partido Popular, por el contrario, se hunde de 137 a 66 escaños. Ciudadanos prospera hasta la tercera posición, con 57 sillas en el Congreso. Unidas Podemos pierde peso, pero ganará influencia, con 42 diputados. Y Vox entra en el Congreso, pero con mucha menos fuerza de la esperada al lograr 24 asientos.
Pedro Sánchez, por tanto, destaca como el gran vencedor de la cita que él mismo convocó a mediados de febrero tras no poder aprobar los Presupuestos Generales de 2019. Se procura, por tanto, un amplio margen para gobernar con el respaldo de Unidas Podemos, PNV (6 diputados) y otras formaciones como Compromís (1) o Coalición Canaria (1). Es decir, el buen resultado de Sánchez propicia que no dependa de las fuerzas nacionalistas catalanas para gobernar.
Por el contrario, la debacle del Partido Popular es sobresaliente. De los 137 diputados de junio de 2016 pasa a la mitad. lo que complica el futuro de la formación liderada por Pablo Casado y su propio liderazgo en el partido.
El mal resultado del PP hace imposible la formación de Gobierno de las denominadas 'derechas' porque VOX irrumpe con menos intensidad de lo previsto. Su resultado era el más incierto; se especulaba con la posibilidad de que consiguiera 50, 60 o más escaños. La realidad ha sido mucho más moderada.
Albert Rivera, en cambio, sale reforzado de unos comicios en los que casi ha duplicado su presencia en el Congreso. Progresa así como tercera fuerza, y muy cerca del resultado obtenido por el PP, cuando incluso se temía que fuera adelantado por los de Santiago Abascal.
Con los resultados sobre la mesa, llega el momento de las negociaciones. Pero, a priori, se presentan menos duras de lo previsto. Sánchez, 'el renacido', se lo ha ganado con su resultado. Otra cosa será cómo gobierna. Y cómo gestiona una ralentización económica que ya le espera.