La compañía petrolera BP informó hoy de que obtuvo un beneficio atribuido de 2.934 millones de dólares (2.624 millones de euros) en el primer trimestre de 2019, un 18,8 % más que en el mismo periodo del año anterior.
En un comunicado remitido a la Bolsa de Valores de Londres, la empresa indicó que el beneficio antes de impuestos fue en el trimestre de 4.782 millones de dólares (4.277 millones de euros), un 22,2 % más que en los tres primeros meses de 2018.
Los ingresos totales llegaron en el periodo a 67.407 millones de dólares (60.295 millones de euros), según BP, que publica sus resultados en dólares porque es la divisa en que cotiza el crudo.
Las compras de BP en el primer trimestre llegaron a 48.272 millones de dólares (43.179 millones de euros), mientras que la deuda neta se situó en 45.100 millones de dólares (40.341 millones de euros) al 31 de marzo pasado, comparado con los 39.300 millones de dólares (35.153 millones de euros) el año anterior.
La petrolera señala que pagará un dividendo trimestral de 10,25 centavos de dólar (9,16 céntimos) por acción ordinaria, que espera poder abonar el próximo 21 de junio, si bien el monto correspondiente a libras esterlinas se anunciará el 10 de junio.
Asimismo, la empresa informó de que ha dispuesto una recompra de títulos ordinarios a un coste de 50 millones de dólares (44,7 millones de euros) en el primer trimestre del año.
El consejero delegado de BP, Bob Dudley, señaló que el rendimiento de la empresa demuestra la "fortaleza" de su estrategia, con fuertes resultados comerciales, ya que obtuvo buenos ingresos en "un periodo de volatilidad" del mercado.
Dudley agregó que la compañía estará centrada en "la "ejecución eficiente de proyectos y operaciones seguras y confiables".
La empresa indicó que la producción de crudo y gas en el trimestre fue el equivalente a 3,8 millones de barriles de petróleo diarios, mientras que ha empezado la producción en importantes proyectos en Trinidad, Egipto y el Golfo de México.
BP divulga sus resultados trimestrales tras la reciente escalada de los precios del crudo por la presión de Estados Unidos para limitar las exportaciones iraníes y una mejora en la perspectiva del crecimiento de la demanda global.