Madrid, 30 abr (EFECOM).- Repsol logró un beneficio neto de 608 millones de euros en el primer trimestre del año, lo que supone prácticamente mantener el obtenido un año antes, que fue de 610 millones de euros, el 0,3 % superior, pese al descenso en un 6 % del precio del barril de petróleo Brent, el de referencia en Europa.
Entre enero y marzo, el resultado neto ajustado CCS (descontada la variación en el valor de las existencias y resultados extraordinarios) avanzó el 6 % hasta los 618 millones, a pesar de la caída del Brent y de la interrupción de la producción en Libia.
Por otro lado, el resultado bruto de explotación (ebitda) se situó en 1.810 millones, el 0,3 % más.
Por negocios, el de Upstream (exploración y producción) logró un resultado neto ajustado de 323 millones, el 12,5 % más, dado que la parada en Libia y los menores precios de realización del crudo y del gas fueron compensados por menores costes exploratorios, entre otros, y la apreciación del dólar frente al euro.
En Dowstream (refino, química, movilidad, lubricantes, trading, comercialización de gas y electricidad), el resultado CCS bajó el 5 % y se situó en 404 millones, lastrado por la caída de los negocios de GLP y gas en América del Norte y España, por la suavidad del invierno, y pese al buen comportamiento de los negocios de refino, trading y química.
A cierre del primer trimestre, la deuda neta de Repsol sumó 3.686 millones, el 7,2 % más que a 31 de diciembre, e incluyendo arrendamientos se situó en 7.457 millones de euros.
Por su parte, la producción entre enero y marzo llegó a 700.000 barriles equivalentes de petróleo diarios (bep/d), frente a los 727.000 bep/d registrados entre enero y marzo del año anterior debido, principalmente, al cese de la actividad en Libia, donde las operaciones se reanudaron el pasado 4 de marzo.
La petrolera prevé lograr este año un resultado bruto de explotación (ebitda) ajustado (descontado el valor de las existencias) de 8.000 millones de euros, el 5 % más que el de 2018, apoyada en el crecimiento del suministro de combustibles para barcos menos contaminantes.
Con todo ello, prevé un impulso del negocio de refino en el segundo semestre, cuando las navieras se aprovisionarán para afrontar la entrada en vigor, a comienzos de 2020, de la nueva normativa de la Organización Marítima Internacional (IMO), que obliga a sustituir fuel de alto nivel de azufre por gasóleo bajo en azufre.
La compañía indica que sus refinerías ya están adaptadas para fabricar esos nuevos combustibles, y añade que este año invertirá unos 3.800 millones de euros, 400 millones más de lo previsto para 2018.
Además, para 2019 prevé una producción diaria de aproximadamente 720.000 barriles equivalentes de petróleo, frente a los 715.000 que produjo de media al día durante el ejercicio precedente.
Por otro lado, la petrolera ha decidido retirarse de la puja para la adquisición de la firma de renovables X-Elio, controlada en un 80 % por el fondo KKR, por entender que su elevado precio, más de 1.000 millones, no cumple los criterios de rentabilidad con los que invierte la petrolera.
En la conferencia con analistas, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha explicado que, desde un punto de vista teórico, la petrolera está abierta a invertir fuera de España en negocios de bajas emisiones (electricidad y gas), aunque "tiene sentido" hacerlo primero en el mercado español.
El objetivo es que los negocios de bajas emisiones aporten este año 60 millones de euros al ebitda y 30 millones al resultado neto de explotación (ebit).
Además, se ha referido a la situación en Venezuela y ha reafirmado la voluntad de la compañía de mantener sus negocios en este país, dando prioridad a la seguridad de su personal.
La exposición patrimonial de Repsol en Venezuela ha descendido desde los 456 millones de euros al cierre de 2018 a 436 millones al término del primer trimestre y la empresa espera una producción media de entre 29.000 y 30.000 barriles de petróleo netos.
Sobre la compra de los activos de Viesgo, ha anunciado que la cartera de clientes ha pasado de 750.000 en noviembre, cuando se cerró la operación, a 850.000 en la actualidad, es decir, 100.000 más.