La junta de accionistas de FCC abordará mañana el pago de un dividendo de 0,4 euros que, de ser aprobado, supondrá que el grupo, controlado por el magnate mexicano Carlos Slim, reparta dividendos por primera vez en seis años tras recortar duda y retornar a beneficios.
El dividendo se abonará bajo la modalidad "script" o flexible, que permite a los accionistas elegir cobrarlo en acciones o en efectivo.
FCC logró un beneficio neto de 251,6 millones en 2018, el 113,2 % más que un año antes, apoyado en la venta del 49 % de Aqualia a IFM, operación que le permitió reducir la deuda de la cabecera del grupo en más de 800 millones de euros.
La deuda financiera neta del grupo constructor y de servicios era de 2.601,4 millones de euros al cierre del pasado ejercicio, el 24,8 % inferior a la de un año antes.
Slim dejó la puerta abierta al pago de un dividendo por parte de la compañía por su "sólida y fuerte" posición financiera en su visita a España en julio pasado.
El ultimo año en el que FCC abonó un dividendo fue 2012 y lo hizo a cuenta de los resultados de 2011 (0,65 euros por acción).
Anunció en diciembre de 2012 la supresión del dividendo a cuenta de los resultados de ese año por la situación económica y financiera de la compañía.
El entonces consejero delegado de FCC, Juan Béjar, comunicó unos meses después al mercado que el grupo no pagaría dividendos hasta que redujera deuda, generara caja y lograra beneficios.
FCC ganó 108 millones en 2011, el 64 % menos que un año antes, lastrado por el saneamiento de Cementos Portland. En 2012, entró por primera vez en su historia en números rojos, con unas pérdidas de 1.028 millones tras llevar a cabo un fuerte saneamiento de sus activos.
Retomó en 2017 la senda de ganancias, con un beneficio de 118 millones de euros, tras haber vendido en 2016 la gestora de infraestructuras Globalvía y el negocio cementero.