San Fernando de Henares (Madrid), 8 may (EFECOM).- El expresidente de la Comisión de Control de La Caja de Canarias José Ramón Durán Alday se ha reafirmado este miércoles ante la Audiencia Nacional en sus críticas sobre el proceso de integración que originó el grupo BFA-Bankia, así como en el modelo contable seguido por las siete entidades -una de ellas, la insular- para el cierre de 2010.
En calidad de testigo por la salida a Bolsa de Bankia, Durán ha insistido en las "irregularidades" que arrastraba la caja canaria, cuyas cuentas fueron "retocadas" para arrojar beneficios entre 2008 y 2009, dos años antes de su integración en BFA, con lo que ha ratificado la versión que ofreció en fase de instrucción y en la Comisión del Congreso que investiga la crisis financiera.
Según su relato, "en 2008 se presenta un balance en el que se arrojan 40 millones de euros de beneficio, pero con posterioridad se rectifica y se hace uno definitivo con la misma cifra, 40 millones, a pesar de que entre uno y otro se tuvo que hacer provisiones".
Para Durán, La Caja de Canarias hizo reajustes para llegar al mismo resultado, "retocando las cuentas que había que tocar y otras que no había que tocar para compensar", anomalías que denunció ante la Fiscalía Anticorrupción tiempo después.
Sin embargo, el Ministerio Público consideró que "con posterioridad, todo eso había sido subsanado", ha explicado ante la sección cuarta de la sala de lo Penal, a la que ha insistido en que el presunto delito que denunció pudo haber afectado a los clientes que compraron preferentes en 2009 sin conocer la auténtica situación de la entidad.
A preguntas de la Conferencia Intersindical de Crédito (CIC), Durán ha indicado que, dadas las dudas del sector financiero sobre su viabilidad, le comentaron en 2010 que La Caja de Canarias estaba sufriendo "fuertes presiones del Banco de España" para que se integrara en el proyecto de constitución de BFA.
Precisamente, ha añadido, a principios de ese año, la inspección llevada a cabo por el regulador había advertido de "una previsible necesidad de saneamientos adicionales para la cartera crediticia y activos inmobiliarios", y de debilidades en la estructura.
No obstante, Durán ha matizado que la integración no fue en sí misma una fusión, por lo que las entidades "tenían que contabilizar pérdidas, pero no lo hicieron, y las cargaron contra reservas arrojando beneficios cuando estaban en una situación totalmente desestructurada".
Así se ha pronunciado en esta última sesión del caso Bankia, en el que la Fiscalía Anticorrupción pide penas de entre cinco años y dos años y siete meses de cárcel para los antiguos administradores de la entidad, entre ellos su expresidente Rodrigo Rato, por presunta estafa a los inversores.