La mayoría de los trabajadores en Grecia (59,3%) cobra menos de 1.000 euros brutos al mes y el 25,3% incluso no llega a los 500 euros, según el informe anual del instituto de trabajo del sindicato del sector privado (INE-GSEE) presentado este martes.
Solo un 8,1% de los 2,4 millones de empleados supera los 2.000 euros brutos mensuales.
En 2018 el desempleo continuó en descenso y afectó al 19,3% de la población activa, frente a un 21,5% en el año precedente, y pese a ello continuó el mas alto de la Unión Europea.
Buena parte de esta reducción se debió a que se han disparado los empleos precarios o a tiempo parcial, y desde hace cinco años más de la mitad (54,3%) de los puestos de trabajo de nueva creación creados son a tiempo parcial.
La situación se ve agravada por el hecho de que en 2018 decenas de miles de puestos de trabajo a plena jornada (52.833) pasaron a convertirse en empleos flexibles.
De acuerdo al informe de INE-GSEE, el 29% de los asalariados trabajan a tiempo parcial con un salario bruto medio de 375,53 euros, mientras el salario medio de los que trabajan a jornada completa alcanzó los 1.111,09 euros.
El instituto calcula que si el desempleo continúa bajando a este ritmo quedará por debajo del 10% a mediados de la próxima década.
A pesar de que en los últimos años la pobreza se ha reducido frente a los peores momentos de la crisis económica, sigue afectando a un alto porcentaje de la población.
Según el estudio, el 50,4% e los hogares no están en condiciones de hacer frente a un gasto extraordinario (52,7% en 2017), y el 43% tiene dificultades para pagar sus facturas (44,9% en 2017).
Además, la pobreza afecta mucho más los migrantes (índice de pobreza del 60,6%) que a los griegos (32,2%).