Los tripulantes de Avianca Brasil, compañía que se declaró en bancarrota en diciembre pasado, empezaron una huelga indefinida desde este viernes, lo que ha ocasionado la cancelación de decenas de vuelos en Sao Paulo y Río de Janeiro, dos de las principales ciudades del gigante sudamericano.
Los pilotos, copilotos y auxiliares de vuelo de la aerolínea, que iniciaron el paro este viernes desde las 6:00 hora local (09:00 GMT), piden activar el diálogo y las negociaciones con la compañía así como el pago de salarios y beneficios laborales atrasados, entre otros.
Ante la paralización, la Justicia brasileña acogió una petición enviada por Avianca Brasil al Tribunal Superior del Trabajo, que ordenó al sindicato mantener por lo menos al 60 % de los tripulantes en los aeropuertos de Congonhas en Sao Paulo, Santos Dumont en Río de Janeiro, Juscelino Kubitschek en Brasilia y Luiz Eduardo Magalhães en Salvador (Bahía) para evitar el caos.
"Es de conocimiento público la situación caótica instalada en los aeropuertos con relación a las cancelaciones de los vuelos de Avianca -la cual se encuentra en proceso de recuperación judicial-, y que podría agravarse aún más con la paralización total de las aeronaves todavía operantes", argumentó la magistrada Dora Maria da Costas en el fallo.
De acuerdo con una nota divulgada por el Tribunal, la aerolínea informó de que el lunes había sido notificada del paro, con el que se cancelarían completamente los servicios aéreos a excepción de los decolajes que tuvieran que realizarse con órganos para trasplantes o enfermos a bordo.
Según el sindicato, Avianca Brasil comenzó desde el lunes un despido masivo de al menos 900 pilotos, copilotos y auxiliares, de los cuales hasta el miércoles, cerca de 600 ya habían sido desvinculados de la empresa.
Avianca Brasil, antiguamente llamada OceanAir y que opera vuelos regulares desde 2002, se acogió a la ley de quiebras para reestructurar su elevado endeudamiento y garantizar la continuidad de sus operaciones.
La aerolínea acumula deudas por más de 1.000 millones de reales (unos 219 millones de euros), las cuales le acarrearon varias demandas en los tribunales.