Pablo Ramón Ochoa
Buenos Aires, 18 may (EFECOM).- Argentina abandonó hace un año su recuperación económica y, a pocos meses de unas elecciones inciertas, varias empresas españolas, la última de ellas Telefónica, han dejado de cotizar en la Bolsa de Buenos Aires al reorganizar estrategias pero con la volatilidad del país austral en su mira.
Se trata de una medida que también han llevado a cabo durante los últimos seis meses el banco Santander y la petrolera Repsol y que se produce porque "no hay necesidad de financiamiento" para nuevas inversiones, dice a Efe el economista argentino Martín Kalos.
"Toda una perspectiva de hacer negocios en Argentina se ha deteriorado mucho con este horizonte de una crisis y varios años de estancamiento (...), es difícil pensar que haya necesidad de financiamiento por parte de estas empresas internacionales", afirma Kalos, director de EPyCA Consultores.
Inversiones. Esa fue la palabra predilecta de la campaña que llevó a Mauricio Macri a la presidencia del país, y una de las más utilizadas en sus primeros años de Gobierno, pero todo dio un vuelco en abril de 2018, cuando el propio mandatario solicitó al Fondo Monetario Internacional (FMI) un rescate que acabó siendo de 57.000 millones de dólares.
Desde entonces, la crisis ha aumentado con icebergs tales como la inflación, que en los últimos doce meses es del 55,8 % y desde enero lleva un 15,6 %, y la pobreza, que se disparó hasta el 32 %, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos.
Además, se asoman las elecciones y la opinión pública está dividida entre el actual mandatario y la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015), cuyo modelo económico se opone al actual y presentó su candidatura a la vicepresidenta este sábado.
Aunque no es un fenómeno generalizado en el resto de empresas multinacionales y es una decisión multifactorial que tiene que ver además con la búsqueda de nuevas estrategias, tres de las grandes españolas han empezado a reorganizar sus pertenencias en pocos meses y su medida ha sido la de salir de la bolsa.
Primero fue Santander Río, la filial argentina del Santander, luego Repsol siguió el mismo camino y la semana pasada lo anunció Telefónica, que tiene una fuerte presencia histórica en el país, donde es una de las tres grandes operadoras en su campo.
El argumento de Telefónica, que le dijo adiós a Buenos Aires al mismo tiempo que a la Bolsa de Londres, es que el de la capital argentina es un mercado de "escaso volumen de negociación", algo que es cierto para Kalos, quien a su vez cree que no es el único motivo para salir.
"Yo creo que tiene mucho que ver con la volatilidad financiera de Argentina, es imposible establecer un horizonte de negocios", considera.
Además, el economista recalca que se trata de movimientos de bajo riesgo para las compañía, pues aunque salgan de la bolsa, pueden continuar sus operaciones: Santander Río y Telefónica son gigantes en sus sectores, mientras la situación de Repsol con el país austral es diferente desde el conflicto que supuso la nacionalización de YPF por parte de Fernández.
"No creo que afecte a sus operaciones, evidentemente no ven a Argentina como un mercado que pueda financiar sus proyectos de inversión", dice la analista de mercado de capitales Florencia Galván.
Telefónica, ahora, debe ofrecer a sus accionistas argentinos una compensación para finalizar su período bursátil en la plaza porteña.
La teleoperadora española viene de un ambicioso plan de expansión en Argentina para el que buscó apoyo de accionistas.
Su mercado se desreguló a raíz del cambio de Gobierno y Macri permitió que las compañías vendiesen paquetes con internet y televisión además de la telefonía, algo que en el pasado no se podía hacer.
"Cuando comenzaron a cotizar en el mercado local, el objetivo era financiar proyectos de una magnitud mucho mayor, y el mercado no acompañó", apunta Galván.
Para Kalos, lo positivo que les queda es la ventaja de su "posicionamiento de mercado" a pesar de marcharse de la Bolsa.
El otro motivo por el que las compañías toman este tipo de decisiones tiene que ver con estrategias globales que pasan por concentrar su actividad en un menor número de bolsas y poner sus esfuerzos en otros lugares.
Galván recuerda que además de Londres y Argentina, Telefónica solicitó dejar de cotizar en Alemania, Brasil y Japón.
"Se puede entender que quieren concentrar la actividad y que hubo un cambio en su estrategia", concluye.