La aerolínea italiana Alitalia informó este lunes de que se ha visto obligada a cancelar la mitad de los vuelos programados para mañana, como consecuencia de la huelga de 24 horas que han convocado los sindicatos para los trabajadores del transporte aéreo.
La compañía, que está gestionada por tres administradores concursales desde 2017, ha activado "un plan extraordinario para limitar los inconvenientes a sus pasajeros", explicó en un comunicado.
Sin embargo, subrayó que "se ha visto obligada a suspender aproximadamente la mitad de los vuelos, tanto nacionales como internacionales, programados para mañana, así como algunas conexiones en la tarde del 20 de mayo y en la madrugada del miércoles 22 de mayo".
La compañía indica que operarán de forma regular los vuelos programados en las franjas horarias garantizadas, comprendidas entre las 7:00 horas locales (5:00 GMT) y las 10:00 locales (8:00 GMT) y de nuevo de las 18:00 locales (16:00 GMT) a las 21:00 locales (19:00 GMT).
Alitalia ha previsto además la utilización de aviones de mayor capacidad tanto en rutas nacionales como internacionales para recolocar a los pasajeros afectados por las cancelaciones de sus itinerarios.
La empresa confía en que "el 60 % de los pasajeros puedan viajar mañana", pero invita a todos los clientes a comprobar el estado de su vuelo a través de la página web o llamando al teléfono de atención al cliente, antes de acudir a los aeropuertos.
Finalmente, señala que en la página web se han explicado los procedimientos para que quienes lo deseen soliciten el reembolso del billete o la posibilidad de cambiar su vuelo sin penalización hasta el 28 de mayo.
Los sindicatos italianos convocaron el 30 de abril esta huelga nacional de 24 horas a la que están llamados los trabajadores del sector aéreo, a excepción de los controladores, en protesta por las condiciones laborales generales y por la incapacidad del Gobierno italiano de encontrar una solución para Alitalia.
Los representantes de los empleados decidieron convocar este paro el mismo día en el que se agotaba la segunda prórroga concedida por el Gobierno italiano para que la empresa pública Ferrovie dello Stato presentara un plan estratégico para Alitalia.
Ferrovie es la responsable de elaborar este proyecto con el que atraer a inversores privados y convencerles de que inyecten dinero en una empresa que no tiene beneficios desde 2002, pero no lo consigue.