Bruselas, 21 may (EFECOM).- España fue el segundo país de la Unión Europea donde más se incrementó el precio de la energía en 2018 frente a 2017, al pasar de una media de 21,8 euros por cada 100 kWh a 24,8 euros, un incremento del 13,8 %, informó este martes la oficina europea de estadística, Eurostat.
Solo Chipre, con un aumento del 19,6 % frente a sus precios de 2017, tuvo un incremento mayor al de España, que supera la media de importe tanto de la eurozona (22,4 euros) como el del conjunto de la Unión Europea (21,1 euros) en cuanto a los precios de la electricidad doméstica, y se sitúa como el quinto país comunitario donde es más cara.
Solo los hogares de Dinamarca, Alemania, Bélgica e Irlanda pagan más por su electricidad.
Si se mide según el estándar de poder adquisitivo (PPS), un término artificial que elimina las diferencias de niveles generales de precios entre países, España es el tercer país de la UE con la electricidad más cara (27,4 PPS), solo por detrás de Portugal (28,2 PPS) y Alemania (28,0 PPS).
Por contra, los países donde la electricidad fue más barata en 2018 fueron Bulgaria (10,1 euros por cada 100 kWh) y Lituania (11 euros por cada 100 kWh), y en términos de estándar de poder adquisitivo los países más baratos para la electricidad doméstica fueron Finlandia (13,7 PPS) y Luxemburgo (13,8 PPS).
Los impuestos sobre el precio total de la electricidad ascendieron al 37 % en los Veintiocho, con las mayores proporciones vistas en Dinamarca (64 %), Portugal (55 %) y Alemania (54 %), frente a tan solo el 6 % en Malta, mientras que en España suponían el 21 %.
En cuanto a los precios del gas, España se situó como el cuarto país donde más cara fue esta forma de energía, con 8,8 euros por cada 100 kWh, un incremento del 1,2 % frente a 2017 y solo por detrás de Suecia, Italia y Dinamarca.
Teniendo en cuenta el estándar de poder adquisitivo (PPS), el gas doméstico español fue el segundo más caro de la UE (9,7 PPS), por detrás del de Suecia (10,1).
La media europea de los precios del gas doméstico fue de 6,7 euros por cada 100 kWh, alcanzó los 7,6 euros por cada 100 kWh en la eurozona y fue más barato en Hungría y Rumanía, al medir en euros, (3,5 euros por cada 100 kWh en ambos países) y en Luxemburgo, al ajustarlo a los estándares de poder adquisitivo (3,5 PPS).
Los impuestos sobre el precio total del gas ascendieron al 27 % en los Veintiocho, con las mayores proporciones en Dinamarca (54 %) y Holanda (52 %), frente al 10 % de Luxemburgo y el Reino Unido, mientras que en España supusieron el 20 %.
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