París, 21 may (EFECOM).- La OCDE revisó este martes a la baja las perspectivas de crecimiento para México en 2019 y 2020, con una inversión frenada por la incertidumbre política, mientras la demanda interna y la inversión en infraestructuras respaldarán un crecimiento calificado de "modesto".
En su informe semestral de Perspectivas publicado este martes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) fija su previsión de crecimiento de México para este año en el 2,5 % (nueve décimas menos que en noviembre) y la de 2020 en el 2 % (ocho décimas menos).
El organismo considera prioritario mejorar el entorno de negocio en un contexto de incertidumbre política, de creciente proteccionismo y ante la no ratificación del acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, que sigue planteando riesgos negativos para las exportaciones y la inversión.
"Se espera que el consumo se fortalezca gracias a las remesas sólidas, una inflación menor y mayores transferencias sociales. Los planes de inversión en infraestructuras anunciados también ayudarán al crecimiento pero las restricciones en el gasto contrarrestarán en parte estos efectos", señala.
La economía se ve ralentizada por una inversión débil y por un menor ritmo de expansión de las exportaciones debido a la ralentización de las importaciones de Estados Unidos, mientras que las tensiones comerciales y la incertidumbre política pesan en la confianza de las empresas.
En su análisis, la OCDE considera que el "sólido marco de política macroeconómica" ha supuesto un respaldo para la economía en mitad de varios vientos contrarios.
"El tipo de interés, a su nivel más alto desde la crisis financiera, ha evitado que la inflación fuera mayor", según los autores del estudio, que esperan que los precios vuelvan progresivamente al objetivo oficial si no se producen nuevos impactos.
No obstante, piden a las autoridades que permanezcan atentas a la evolución de la inflación subyacente.
También aconsejan al Gobierno que mantenga la deuda pública en una proporción constante y que haga ajustes en el gasto si el crecimiento del PIB decae y los ingresos que no proceden de los impuestos se reducen.
El llamado "club de los países ricos" recomienda igualmente a México que dirija sus recursos a la mejora de infraestructuras, al desarrollo de las regiones del sur y a la inversión en producción energética.
Aconseja mejorar la eficiencia en la recaudación de impuestos reduciendo los gastos tributarios y las exenciones, así como mejorando la progresividad del impuesto sobre la renta.