El Gobierno francés considera que la alianza entre Renault y Nissan no puede quedarse como está porque eso le debilita y hay que avanzar hacia una mayor consolidación, aunque deja en manos de los dos fabricantes las modalidades que debe adoptar y no se pronuncia sobre la posibilidad de una fusión.
El ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, que este miércoles se reunió en París con su homólogo japonés, Hiroshige Seko, evitó en una comparecencia ante la prensa decir si apoya el escenario de una fusión.
"Lo importante es consolidar esta alianza", respondió antes de insistir en que es el presidente de Renault y de la alianza, Jean-Dominique Senard, el que con los socios japoneses debe abordar qué forma debería tomar esa unión reforzada.
En cualquier caso, insistió en que "el 'statu quo' no es posible porque 'fragiliza' al conjunto" y señaló que "hay que avanzar, progresar, consolidar esta alianza" que "es importante para Japón, para Francia y para el conjunto de la industria automovilística".
De su entrevista con su homólogo japonés contó que "se ha confirmado la voluntad de reforzar la alianza entre Renault y Nissan" y París está "determinada a avanzar en esa dirección".
A su juicio, ante los desafíos tecnológicos que afronta el sector automovilístico por la irrupción de los vehículos eléctricos, híbridos o autónomos, "hacen falta grupos industriales sólidos, fuertes y consolidados".
Por su parte, Seko en un comunicado indicó que junto a Le Maire han reafirmado lo que ambos ya habían dicho el 20 de noviembre pasado, un día después del arresto en Tokio del entonces responsable ejecutivo de los dos grupos y de la alianza, Carlos Ghosn: "el fuerte apoyo de ambos gobiernos" a la alianza y "su deseo compartido de mantener y reforzar su cooperación ganadora".
El Estado francés es el principal accionista de Renault, con el 15,01 % de las acciones y el 22 % de los derechos de voto.
A su vez, Renault controla el 43 % del capital de Nissan, mientras que el grupo japonés tienen un 15 % en el accionariado del fabricante francés, aunque sin derechos de voto.