La Autoridad de Resolución Ejecutiva (FROB) considera que el modelo español actual de resolución de entidades financieras tiene algunas "ineficiencias" puesto que fue diseñado con la urgencia que marcaba la crisis del sector por lo que, una vez finalizada, es un buen momento para revisarlo.
El presidente del FROB, Jaime Ponce, defiende que el modelo opera con una "razonable eficacia" y así se mostró en el caso de la resolución del Banco Popular, en 2017, cuando cumplió "adecuadamente" su cometido, ejecutando las órdenes de la Junta Única de Resolución (JUR) para "evitar que la inviabilidad de un banco privado lesionara un interés público superior".
El modelo actual adolece de los efectos de una configuración diseñada "ad hoc", al ritmo marcado por la crisis del sector, por lo que "sin las urgencias de la crisis" conviene repensar el sistema y dotarlo de la "consistencia óptima" para abordar el futuro, dice el presidente en un artículo en la Revista de Estabilidad Financiera del Banco de España con motivo del décimo aniversario del FROB.
Además, pide establecer un mecanismo "rápido, sencillo y suficiente" para proveer de liquidez a la entidad en resolución mediante un mecanismo específico porque, aunque ya existe el Fondo Único de Resolución, su dotación es limitada.
Por ello defiende que habrá que explorar "otras vías posibles" a través del Banco Central Europeo y poner en marcha, a la mayor brevedad, el acuerdo sobre un mecanismo de apoyo a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad que adoptó el Eurogrupo en diciembre pasado.
Ponce considera además que sería oportuno establecer sistemas de alerta temprana eficientes, en los que las autoridades de resolución nacionales contasen con capacidad legal de iniciar esa fase de intervención e incluso pudieran fijar requerimientos a las entidades de pasivos que absorbieran pérdidas (MREL, por sus siglas en inglés).
El modelo se completaría con un esquema en el que el supervisor debería involucrarse de forma "decidida" para adelantarse a "situaciones críticas".
Al mismo tiempo, entiende que es decisivo trabajar para favorecer los desafíos que plantean las entidades de tamaño mediano -ni muy grande y financieramente sofisticado, ni pequeño y liquidable por concurso ordinario-, con difícil acceso a los mercados de capital y con un modelo de negocio sencillo, basado en los depósitos minoristas.
Para completar la estructura de la Unión Bancaria, además del fondo de garantía de depósitos común (EDIS por sus siglas en inglés) Ponce aboga por incluir en la agenda regulatoria europea una regulación concursal armonizada.
El artículo refleja que el importe total de las ayudas concedidas por el FROB en diversos instrumentos de capital alcanza los 56.545 millones de euros que se suman a los 20.182 millones aportados por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que han sido financiados por las propias entidades de crédito, cifras que ya fueron publicadas el pasado noviembre por el Banco de España.
A ello hay que añadir los 178.000 millones en apoyos a la liquidez de las entidades (mediante avales del Estado y líneas de liquidez), íntegramente vencidos y devueltos, excepto los avales otorgados a las emisiones realizadas por la Sareb, con un saldo vivo actual de 36.435 millones.
El importe de las ayudas que efectivamente se han recuperado hasta la fecha es de 5.911 millones de euros, de los cuales 4.477 millones corresponden a los diferentes procesos de venta de entidades y pago de instrumentos de capital y 1.434 millones de euros son intereses percibidos por el FROB por este tipo de activos.