Capanema (Brasil), 23 may (EFECOM).- La española Iberdrola reafirmó este jueves su apuesta por Brasil con la inauguración de una nueva central hidroeléctrica en el sur del país y se comprometió a invertir 6.500 millones de euros en los próximos cinco años en diversos proyectos para mejorar el suministro energético en el país.
A través de su filial brasileña, Neonergía, la compañía abrió este jueves las puertas de la central hidroeléctrica de Baixo Iguaçu, con sede en la ciudad de Capanema, en el estado de Paraná, y en la que fueron invertidos más de 500 millones de euros.
"Después de 22 años, Neoenergía sigue apostando por Brasil. Creo en este país y las posibilidades continuarán", afirmó el presidente de la compañía española, Ignacio Galán, en el marco de la inauguración.
En la ceremonia estaba prevista también la presencia del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y del ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, pero ambos cancelaron su viaje a Capanema debido a las malas condiciones climáticas en la región sur del país.
Con una agenda liberal, el Gobierno de Bolsonaro se ha propuesto lanzar un paquete de privatizaciones y concesiones, que incluyen un calendario exhaustivo de líneas de transmisión y de centrales renovables, y en el que Iberdrola pretende participar y "ganar", según explicó su presidente.
Galán repasó ante la prensa las inversiones realizadas por la compañía española en Brasil en los últimos años y destacó la fuerte expansión de la red de distribución en el estado de Bahía (nordeste) y la construcción de 17 parques eólicos.
También subrayó la importancia de la central hidroeléctrica inaugurada este jueves, que tardó más de 10 años para convertirse en realidad desde que el consorcio Baixo Iguaçu, conformado por Neonergía y Copel, ganara la licitación para su construcción en el 2008.
La central, la sexta en instalarse en el río Iguaçu y la más próxima a las Cataratas del Iguazú, a unos 170 kilómetros de distancia, cuenta con una capacidad de más de 350 megavatios (MW) de potencia y será capaz de suministrar electricidad sostenible a un millón de brasileños.
Durante la inauguración, Galán subrayó que la instalación beneficiará también a las famosas cataratas, una de las siete maravillas naturales del mundo, y que visitan anualmente un millón y medio de personas.
La hidroeléctrica contribuirá al mantenimiento de un caudal mínimo necesario, ya que este se ve afectado en los periodos de sequía y en 2006 llegó a transformarse en pequeños chorros de agua.
"Es un entorno muy complejo, estamos justo enfrente del Parque Natural de las Cataratas y ha habido que ser tremendamente respetuoso con todas las medidas medioambientales, que no es algo nuevo para Iberdrola, que lleva haciendo este tipo de actuaciones a lo largo de nuestra historia, pero aquí, especialmente, ha sido un reto", señaló Galán a la prensa.
A través de Neoenergía, Iberdrola se ha convertido en una de las dos mayores eléctricas de Brasil por número de clientes, con 13,8 millones de puntos de suministro.
La compañía, presente en 18 de los 27 estados del país, cuenta con una capacidad de producción en Brasil de más de 3.700 MW, de los cuales casi el 86 % son renovables.
Neoenergía anunció el pasado mes el lanzamiento de una oferta pública de acciones secundaria en la bolsa de valores de Sao Paulo y Galán confirmó este jueves que su salida a bolsa podría concretarse durante los primeros días de julio.
La salida a bolsa fue aprobado el pasado 29 de abril por los consejeros representantes de los tres socios de Neoenergía: Iberdrola (52,45 %), Banco do Brasil (9,34 %) y el fondo de pensiones Previ (38,21 %).
Según el calendario previsto, "a lo largo de todo el mes de junio se harán todos los 'road show' (presentaciones) y se fijarán los precios y todas la condiciones", explicó el presidente de la matriz.
Antes de su salida a bolsa, la filial brasileña de Ibedrola realizará una emisión de bonos por 1.250 millones de reales (unos 312,5 millones de dólares).
Neoenergía ya había intentado colocar sus acciones en bolsa en 2017 pero en la época el precio ofrecido por los inversores no alcanzó las expectativas de los accionistas brasileños.
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