Esther Barranco
Madrid, 28 may (EFECOM).- El euro ha sufrido desde principio de año una suave pero continuada depreciación con el dólar, al pasar de los 1,154 de enero a los 1,119 de hoy, caída que el mercado atribuye a la fortaleza de la divisa americana, compensada sólo parcialmente por las mejores perspectivas económicas en la UE.
Tras la caída de un 4,6 % en 2018, cuando cerró en 1,147, la moneda europea ha oscilado este ejercicio de los 1,154 del 9 de enero a 1,119, una lenta pero constante depreciación, del 3 % , directamente relacionada con la fortaleza del dólar.
Esta solidez se explica por las políticas del presidente estadounidense, Donald Trump, especialmente por la bajada de impuestos aprobada a finales de 2017, una inyección de liquidez para la economía del país que todavía está surtiendo efecto, aunque ya mucho más moderado, según analistas del mercado de divisas.
No obstante, la moneda única ha aguantado razonablemente bien porque pese a la incertidumbre, las alertas sobre la desaceleración del crecimiento de la eurozona pueden haber sido excesivas, según coinciden diversos expertos.
Juan Ignacio Crespo, analista del Fondo Multiciclos Global de Renta4, considera que la clave de bóveda de la evolución del euro es la solidez del dólar, impulsado por el plan de estímulo fiscal aprobado por Trump a finales de 2017, con fuertes bajadas de impuestos a las empresas, que repatriaron beneficios y eso fue "una inyección en vena" a la economía americana y al dólar.
En su opinión, la incertidumbre política en Europa afecta de forma "anecdótica" a la cotización del euro, que sí se resiente cuando se producen noticias como el reto de Italia a Bruselas o cuando, por ejemplo, hay rumores sobre dificultades de los bancos italianos pero de forma pasajera.
La analista de mercado de Monex Europe para España, Olivia Álvarez, cree que la depreciación que acumula la divisa europea desde enero es un reflejo del sesgo negativo de los riesgos que afectan a Europa, aunque la caída se ha amortiguado algo por el crecimiento todavía robusto de las mayores economías del área.
Aun así, el euro ha demostrado ser más resistente de lo esperado, pero todavía hay potencial para una mayor depreciación por las perspectivas de una demanda externa más débil en repuesta al creciente proteccionismo global, añade.
Monex Europe prevé una cierta recuperación del euro hacia final de año por el alivio en las incertidumbres y porque las expectativas de normalización monetaria del Banco Central Europeo son claves para cerrar la brecha de rendimientos con respecto a otras monedas.
Para el equipo de análisis de Ebury, el factor decisivo es que la Reserva Federal ha cambiado su política tras las cuatro subidas de tipos de 2018 y está ahora de nuevo en una posición más acomodaticia y dispuesta a bajar tipos en el segundo semestre, según el creciente consenso del mercado.
En Ebury creen que el euro debería volver al nivel de 1,15 dólares al final del trimestre y quedarse ahí el resto del año por la estabilidad de tipos en ambos lados del Atlántico y por el alivio de las incertidumbres globales.
Uno de los asuntos que más preocupan en los mercados, la escalada de tensión en la guerra comercial entre EEUU y China, ha tenido impacto limitado en las divisas, lo que parece confirmar que el mercado espera algún tipo de resolución.
Afecta en mayor medida la incertidumbre del "brexit", porque cada vez se extiende más la posibilidad de una salida de Reino Unido de la UE por las bravas, aunque los efectos se dejan sentir principalmente en la libra, que desde el referéndum del 23 de junio de 2016 ha caído de 1,4878 a 1,2670 dólares, prácticamente un 15 %.
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