Madrid, 30 may (EFECOM).- El presidente de Repsol, Antonio Brufau, será reelegido este viernes por última vez consejero en la junta general de accionistas de la compañía, con lo que dejará de presidir la petrolera en 2023.
Brufau anticipó a finales de marzo pasado al consejo de administración su intención de que la de mañana sea su última reelección, con lo que dejará su cargo como presidente cuando transcurran los cuatro años por los que va a ser reelegido.
Brufau preside Repsol desde 2004, aunque se incorporó a su consejo de administración en 1996, y en 2005, con la reordenación de la estructura organizativa de la petrolera, se suprimió el cargo de consejero delegado y Brufau acumuló todo el poder ejecutivo en su presidencia.
No fue hasta diez años después, en 2015, cuando Repsol recuperó el puesto de consejero delegado, que ocupa desde entonces Josu Jon Imaz, que pasó a asumir todas las funciones ejecutivas.
El orden del día de la junta de accionistas incluye la reelección como consejeros por cuatro años de Josu Jon Imaz, actual consejero delegado de Repsol; José Manuel Loureda, John Robinson West y Henri Philippe Reichstul.
Además, se someterá a aprobación el nuevo número de miembros con que contará el consejo de administración, que quedará reducido a 15.
La junta de accionistas votará el nombramiento de dos nuevas consejeras externas independientes, Aránzazu Estefanía Larrañaga y María Teresa García-Milà Lloveras, que elevará la presencia de mujeres en el consejo de administración a cinco, con lo que ya representarán el 33 % de los miembros.
Dejarán de ser consejeros de Repsol tras esta junta de accionistas el exministro de Industria y Energía Luis Carlos Croissier y Ángel Durández, que cumplen su mandato de cuatro años y no han sido propuestos a la reelección.
Asimismo, se someterá a aprobación de la junta de accionistas el pago de un dividendo de 0,525 euros brutos por acción a través del programa de dividendo flexible, que permite al accionista elegir entre cobrar la retribución en efectivo o en títulos de la compañía.
Esta retribución se suma a la que Repsol aprobó por importe de 0,425 euros brutos por acción como parte del mismo programa y en sustitución del tradicional dividendo a cuenta de 2018.
La retribución al accionista en 2018, sumados ambos dividendos, será de 95 céntimos por acción, un 5,56 % más que la pagada con cargo al ejercicio de 2017.
Además, el orden del día incluye la aprobación de dos aumentos de capital para atender el programa de dividendo flexible, así como una reducción de capital, mediante la amortización de acciones propias, por un volumen equivalente a los títulos que se emitan en 2019 para atender el programa.