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Roma, 31 may (EFECOM).- El Gobierno italiano está preparando un plan de revisión del gasto público y de los ingresos, según avanzó hoy en la carta de respuesta a la Comisión Europea (CE), que había llamado la atención por la elevada deuda del país durante el pasado año.
El ministro de Economía italiano, Giovanni Tria, envió la misiva a hora y media de que expirara el plazo de dos días que la CE le había dado para que explicara sus objetivos tras no haber realizado "esfuerzos suficientes" para reducir la deuda pública del país, que en 2018 superó el 132 % del producto interior bruto (PIB).
En primer lugar Tria aboga por entablar "un espíritu de colaboración" entre su Ministerio y las instituciones europeas, dado que el incumplimiento de los parámetros económicos podría dar lugar a un procedimiento por infracción y a sanciones para Italia.
El ministro pide a la CE valorar de forma global el programa financiero italiano para el año en curso y para el próximo trienio y apunta que en el caso de 2018, aunque Italia no haya logrado reducir su deuda, el Gobierno "ha actuado con prudencia y responsabilidad".
Defiende que el Ejecutivo, del populista Movimiento 5 Estrellas y la ultraderechista Liga, gobierna desde el 1 de junio de 2018 y que aunque el crecimiento es bajo por "factores externos", el año acabó con "una significativa reducción del gasto en la Administración".
En concreto el gasto de la Administración Pública fue del 2,1 % del PIB, frente al 2,4 % del 2017, y que el saldo primario creció al 1,6 % del PIB ante el 1,4 % registrado en el ejercicio precedente.
En cuanto a la deuda pública, el aumento registrado en 2018 fue causado "en parte por un aumento de la liquidez de tesorería a final de año, en previsión de los consistentes reembolsos de títulos de Estado al comienzo de 2019", entre otros factores.
El ministro reconoce, más allá de consideraciones técnicas, "la necesidad de conseguir un saldo primario más elevado para devolver la deuda pública a una trayectoria claramente descendente", pero pide tiempo dado el contexto macroeconómico actual.
"La tempística y la conclusión de este ajuste tiene un rol fundamental. La caída del comercio internacional y de la producción manufacturera en la segunda mitad del 2018 ha sido repentino y superior a las expectativas, haciendo ardua la compensación", dice.
Tria alega que sus informes permiten prever este año un gasto menor que el de las previsiones, con un mejor crecimiento -previsto por la CE en el 0,1 % en 2019, a la cola de Europa- y mayores entradas no tributarias, además de que se ha gastado menos de lo establecido en los Presupuestos Generales para políticas de bienestar.
Además el Gobierno pretende reducir gradualmente el déficit hasta el 1,5 % del PIB en 2022.
"Por consiguiente, en vista de la aprobación del Documento Programático de Presupuestos para el 2020 y a la luz de las más actualizadas previsiones macroeconómicas, el Gobierno está elaborando un programa de revisión del gasto corriente y de los ingresos, también los no tributarios", concluye el ministro.
El pasado 29 de mayo el vicepresidente de la CE para el Euro, Valdis Dombrovskis, y el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, dieron a Italia un plazo de 48 horas para justificar por qué se estaban violando las normas comunitarias.
Y la respuesta del Gobierno italiano, a menudo enfrascado en pulsos con las instituciones comunitarias a cuenta de su política financiera, era muy esperada a poco de que expirara el plazo.
Tanto que a media tarde llegó a filtrarse una versión que preveía una reducción del gasto en políticas sociales.