La economía de Turquía creció un 1,3% en el primer trimestre de este año respecto a los últimos tres meses del año pasado, con lo que ha dejado atrás la recesión de 2018, y en comparación con el mismo período del año pasado, que se contrajo un 2,6%.
Así lo informó este viernes el Instituto Nacional de Estadística turco (Tüik), recordando que el crecimiento del producto interior bruto (PIB) del país había encadenado dos trimestres consecutivos de retrocesos a finales del año pasado.
Varios economistas turcos se han mostrado cautos al interpretar la cifra positiva, al atribuirla a una serie de medidas impulsadas por el Banco Central de Turquía para estimular el préstamo y frenar la caída de la moneda turca que consideran tienen sólo un efecto a corto plazo.
La economía turca pasa por un momento de fragilidad a causa de la deuda externa en divisa extranjera, que se ha agravado por la depreciación de la lira turca en torno a un 10% en lo que va de año, que se añade a la fuerte devaluación de 2018, del 30%, en medio de una gran volatilidad.
La incertidumbre política que ha causado la campaña electoral de las elecciones locales y la posterior anulación de los comicios en Estambul desincentiva la inversión.