La 75 Asamblea General de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) destacó este lunes la necesidad de mantener criterios regulatorios unificados tras el caso del 737 MAX y aprobó varias resoluciones que abarcan aspectos medioambientales.
Un tema recurrente durante la reunión anual, que concluyó en Seúl, ha sido la necesidad de revisar los procesos de certificación para evitar discrepancias como las ocurridas tras los accidentes de octubre y marzo del avión de la estadounidense Boeing.
El vicepresidente de seguridad y operación de vuelos de IATA, el mexicano Gilberto López Meyer, destacó la solidez que ha mostrado hasta ahora el modelo para garantizar la seguridad de los vuelos.
"Este sector ha estado basado en el reconocimiento recíproco. Se puede volar a otros países basándose en una certificación única", dijo López Meyer en conferencia de prensa.
Aunque finalmente el 737 MAX ha quedado vetado en los cielos de la mayor parte del mundo, la aparente falta de consenso de los distintos reguladores tras los dos accidentes que dejaron 346 muertos y ni un solo superviviente ha puesto en duda el mencionado marco y ha sacado a la luz aparentes discrepancias.
El propio director general y consejero delegado de IATA, Alexandre de Juniac, destacó esta situación en la jornada inaugural, cuando reconoció la confusión creada cuando algunos países decidieron dejar los aviones en tierra, mientras que en otros siguieron volando "como si nada".
"Este incidente insólito y sin precedentes podría poner (este sistema) en peligro. Queremos pensar que va a ser una situación temporal, porque este sector no puede trabajar si no contamos con el sistema que se erigió a partir de 70 años de trabajo conjunto", recalcó este lunes López Meyer en la última jornada de esta asamblea anual.
Boeing terminó de actualizar en mayo los programas del 737 MAX y dijo que espera decidir con la Administración de Aviación Federal de Estados Unidos (FAA) una fecha para un vuelo de prueba final y completar así todo el proceso de certificación, por lo que algunos creen que el aparato podría estar operativo como muy pronto en agosto.
"El plan a corto plazo es volver a poner en servicio el avión de manera segura, pero a medio-largo plazo tiene que haber una revisión a fondo del sistema de certificación y creemos que IATA e ICAO (la Organización de Aviación Civil Internacional) deberían tomar la iniciativa junto a los reguladores", añadió López Meyer.
El vicepresidente de IATA confirmó que la reunión prevista de aquí a mes y medio para armonizar la reincorporación del 737 MAX al servicio incluirá a distintos reguladores, además de compañías aéreas y fabricantes de aeronaves.
IATA recalcó este lunes los buenos datos de seguridad en el sector, ya que 2018 se cerró con 62 incidentes sufridos por compañías aéreas, lo que supone 1,35 incidentes por cada millón de vuelos.
El dato es ligeramente peor que los 1,11 incidentes por millón de 2017, pero continúa por debajo de los 1,79 incidentes por millón de media del periodo 2012-2016.
De Juniac se congratuló este lunes del fuerte apoyo que han recibido las cinco resoluciones aprobadas en esta asamblea, incluida la que insta a los gobiernos a aplicar el plan de reducción y compensación de carbono para la aviación internacional (CORSIA, por sus siglas en inglés).
Se trata del primer programa mundial para fijar el precio de la emisión de carbono para un sector industrial, un sistema concebido por ICAO para limitar las emisiones netas de CO2 de la aviación internacional a niveles de 2020 y cuya fase piloto debe empezar en 2021.
No obstante, IATA subrayó también durante la asamblea lo que considera una importante falta de inversión del sector público en terrenos como el desarrollo de combustibles más limpios en un momento en que la conciencia sobre la emergencia ambiental gana cada vez más fuerza, especialmente entre jóvenes del primer mundo.