Madrid, 7 jun (EFECOM).- El Banco de España ha elevado dos décimas, al 2,4 %, su previsión de crecimiento de la economía española para 2019, después de que en el primer semestre la evolución del PIB haya sido mejor a la esperada y tras constatar que el deterioro exterior no frenará su avance, aunque persiste ese riesgo.
Para el segundo trimestre del año, el Banco de España adelanta un crecimiento del 0,6 %, que sería una décima inferior al del primer trimestre, pero que está por encima de los cálculos que manejaba la entidad hasta el momento.
En la actualización de sus proyecciones macroeconómicas para el trienio 2019-2021 publicadas este viernes, el Banco de España mantiene que el crecimiento de la economía se desacelerará al 1,9 % en 2020 y al 1,7 % en 2021.
En 2019, el crecimiento va a seguir apoyándose en la fortaleza del gasto de los hogares -aunque con tendencia a moderarse- y en el dinamismo de la inversión empresarial, en tanto que el incremento del empleo será del 2 %, cuatro décimas superior al anteriormente previsto por la entidad, y la tasa de paro de paro será una décima inferior (13,8 %).
El informe asegura que los efectos de la subida del salario mínimo (SMI) en 2019 tenderán a moderar el dinamismo del empleo en los próximos trimestres, si bien la tasa de paro seguirá disminuyendo hasta quedar en el 11,8 % al cierre de 2021.
A pesar de mejorar el pronóstico para 2019 en términos generales, el Banco de España alerta de que se mantienen los riesgos a la baja y que incluso se han intensificado, al materializarse algunas incertidumbres en el ámbito exterior, como las nuevas medidas proteccionistas y el resurgimiento de las tensiones geopolíticas.
La aportación del sector exterior al crecimiento de 2019 será solo de 0,1 puntos, tras haberla mejorado en dos décimas, ya que en sus anteriores previsiones el Banco de España calculaba que restaría una décima.
La entidad ha revisado significativamente a la baja tanto las exportaciones como las importaciones, que están mostrando "una notable pérdida de dinamismo", si bien prevé una mejoría de los mercados exteriores para 2020 y 2021.
La contribución de la demanda interna (consumo e inversión) al crecimiento de este año será de 2,3 puntos, tras haber rebajado dos décimas el avance del consumo privado (1,8 %) y haber elevado cinco décimas el crecimiento de la inversión empresarial (3,7 %).
Del consumo dice que se moderará porque el aumento de las rentas laborales obedecerá más a subidas salariales que a la generación neta de puestos de trabajo y la propensión al gasto es mayor cuando proviene de un aumento del empleo.
Además, cree que los hogares tenderán a volver a ahorrar, que la demanda embalsada de bienes duraderos acumulada con la crisis ya se ha satisfecho y que el efecto de las rebajas fiscales de los Presupuestos de 2018 se irá agotando.
Del incremento de la inversión empresarial destaca que es reflejo de un alto grado de utilización de la capacidad productiva instalada, de la disponibilidad de financiación a coste reducido y del desendeudamiento de la empresas.
El Banco de España espera un repunte de los crecimientos salariales hasta tasas superiores al 2 % en cada uno de los tres años del horizonte de proyección, lo que se traducirá en incrementos más marcados de los costes laborales, dado que los aumentos de productividad seguirán siendo reducidos.
Sobre el déficit público, solo espera que se rebaje una décima este año, al 2,4 % del PIB, como resultado a partes iguales de la mejora del componente cíclico y de un deterioro del componente estructural.