Isabel Saco
Ginebra, 10 jun (EFECOM).- La Organización Internacional del Trabajo (OIT) abrió hoy la que es, seguramente, su conferencia anual más importante en los cien años transcurridos desde su fundación y de la que se espera surjan orientaciones claras para evitar que el futuro de los trabajadores sea dictado por robots o por la inteligencia artificial.
“La gente necesita sentir que recupera el control de sus vidas (…), el futuro del trabajo no está predeterminado y no será decidido por robots, ni por la inteligencia artificial”, dijo hoy el director general de la OIT, Guy Ryder, al inaugurar las reuniones en las que participan 5.000 delegados de gobiernos, organizaciones sindicales y entidades que representan a los empleadores.
Ryder sostuvo que la credibilidad de la organización depende de que todos los participantes llamados a tomar decisiones entiendan que no se pueden seguir abordando los temas como en el pasado y que es momento de proponer a los gobiernos estrategias claras para que den a los trabajadores las respuestas que esperan.
“El futuro del trabajo será decidido por nuestras decisiones y acciones, y por nuestra voluntad de cooperar”, recalcó el secretario general, de origen británico y que llegó a la OIT desde el ámbito sindical.
La justicia social, desde la perspectiva del acceso al trabajo decente, es la base de la misión de la OIT, considerada como “el parlamento mundial del trabajo” y de la que proviene toda la legislación internacional que protege los derechos básicos de los trabajadores en el mundo.
La expectativa se centra en dos puntos de la agenda de las dos semanas de reuniones de la OIT: los debates con vistas a la adopción de una convención internacional contra la violencia y el acoso en el trabajo; y las negociaciones de una declaración sobre el centenario de la OIT.
Ryder recalcó la importancia del primer punto y señaló que adoptando tal convención “esta conferencia luchará contra los abusos que ofenden los principios básicos de la decencia de las personas”.
Advirtió de que, de lo contrario, el prestigio de la organización se verá afectado, adelantándose a debates que prometen ser intensos en vista de que hay varios desacuerdos por superar.
El sector de los empleadores desea una definición concreta y limitada de lo que constituyen conductas de violencia y de acoso en el trabajo, y espera que se aclaren aspectos sobre el alcance temporal y geográfico de una situación de acoso, como la responsabilidad que tendrían o no en caso de que ése ocurriese entre colegas pero fuera del lugar de trabajo.
Por su parte, la declaración del centenario de la OIT busca ser una hoja de ruta para abordar los profundos y acelerados cambios que ya están ocurriendo en el mundo del trabajo, orientando a los Estados sobre cómo deben actuar frente a ellos .
“Si vemos la situación actual, los resultados electorales, los movimientos sociales, la dinámica de las sociedades y las preocupaciones de la gente, las raíces de todo esto se encuentra en gran medida en lo que ocurre en el mundo del empleo y en la insatisfacción que esto provoca en la gente”, explicó días atrás Ryder a un grupo de periodistas al comentar los desafíos de la conferencia.
“La gente quiere respuestas y esto está en la lógica de lo que queremos hacer”, agregó.
Para subrayar la importancia que sus gobiernos dan a este debate, el presidente de Francia, Emmanuel Macron; y la canciller alemana Angela Merkel, acudirán este martes a la conferencia y dirigirán desde allí un mensaje al mundo.
Como invitado de alto nivel también estará presente el primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, quien expondrá la visión de su país en momentos de tensiones con Europa y, en mayor medida, con Estados Unidos.