Bruselas, 11 jun (EFECOM).- La Comisión Europea (CE) rechazó este martes la fusión entre la empresa siderúrgica alemana ThyssenKrupp y la india Tata Steel al considerar que provocaría un aumento de precio para ciertos productos de acero, y que las compañías no han propuesto soluciones suficientes para evitar este problema.
"Sin remedios para abordar nuestras serias preocupaciones en materia de competencia, la fusión entre Tata Steel y ThyssenKrupp habría tenido como resultado unos precios más altos. Así que la hemos prohibido para evitar un perjuicio serio a las industrias y consumidores europeos", señaló en un comunicado la comisaria de Competencia, Margrete Vestager.
El 10 de mayo el grupo alemán avanzó ya que renunciaría a la fusión porque esperaba que Bruselas la vetase al considerar insuficientes los remedios propuestos y, desde su punto de vista, ofrecer más compromisos minaría las sinergias que esperaban conseguir hasta el punto de invalidar la "lógica económica" de la operación.
La decisión oficial llega después de que el Ejecutivo comunitario abriese en octubre una investigación en profundidad por el temor a que la creación de una empresa conjunta entre dos de los principales productores de acero del Espacio Económico Europeo pudiese minar la competencia en el sector.
La investigación ha concluido que la operación habría reducido el número de proveedores disponibles y provocado un aumento de los precios en los productos para empaquetado de acero revestido y laminado, así como en productos de acero galvanizado para la industria del automóvil.
Según Bruselas, los compradores tampoco habrían podido recurrir a la importación desde terceros países para hacer frente al aumento de precios.
La Comisión ha considerado, además, que las soluciones propuestas por Thyssen y Tata para evitar estos efectos no eran suficientes.
En particular, destaca que las cesiones de activos propuestas por las empresas tanto para los productos de empaquetado como para los destinados a la automoción no incluyen los activos necesarios para producir los elementos de acero que se requieren para fabricar estos productos.
Bruselas recuerda también que, en este tipo de casos, es preferible acometer desinversiones estructurales, como las que permitieron que en 2018 diese luz verde para que Arcelor Mittal comprase la italiana Ilva tras comprometerse a vender varias de sus plantas en Europa.
El bloqueo a la fusión permitirá que "los consumidores en Europa puedan seguir confiando en productos enlatados asequibles y que la industria europea del automóvil pueda conseguir acero de forma competitiva en el Espacio Económico Europeo", argumentó la Comisión.
Bruselas considera "clave" el sector siderúrgico, que emplea a unas 360.000 personas en la Unión Europea pero afronta el problema del exceso de capacidad por la producción de la industria china, fuertemente subsidiada por el Estado.
Desde 2014, la UE intenta hacerle frente con medidas de defensa comercial -ahora mismo hay 52 en vigor- para evitar la competencia desleal y el desplome de los precios en Europa a causa de estas importaciones subsidiadas.
Desde la óptica alemana, el rechazo de la fusión entre Thyssen y Tata se une a los fracasos cosechados en los últimos meses por importantes empresas alemanas en este tipo de operaciones, después de que Bruselas vetase también la unión de Siemens con la francesa Alstom para crear un gigante europeo del sector ferroviario, y de que los bancos Deutsche Bank y Commerzbank renunciasen a su intento de fusión.
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