Isabel Saco
Ginebra, 11 jun (EFECOM).- Los líderes de Alemania, Angela Merkel, y de Francia, Emmanuel Macron, reconocieron este martes el miedo que se ha apoderado de los trabajadores de sus países frente a la digitalización y robotización de la economía, y urgieron a que se protejan sus derechos en medio de estos cambios inéditos.
"La relación clásica entre el empleado y empleador también se va a transformar, cómo podrán protegerse por ejemplo los derechos de trabajadores de plataformas (digitales), cómo podrán complementarse la inteligencia humana y la artificial", son preguntas que están en la cabeza de todos, dijo la canciller alemana.
Merkel y Macron reflexionaron por separado sobre el futuro del trabajo en la conferencia anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que dedica su centenario a promover una reflexión profunda sobre esas cuestiones
"Los puestos de trabajo serán diferentes y exigirán nuevas competencias. Esto afectará a muchas personas y en Alemania los trabajadores se preguntan si podrán seguir adelante con sus competencias o si encontrarán un buen trabajo", comentó Merkel, quien agregó que esto anticipa los grandes desafíos a los que tendrán que hacer frente los políticos.
En su alocución, Macron fue más lejos en su reflexión y no dudó en decir y repetir que el mundo afronta una crisis casi existencial, "de civilización" y que ésta es a la vez social, económica y medioambiental.
"En los últimos 40 años el capitalismo de acumulación ha pervertido la organización de nuestras sociedades", denunció, tras reconocer que pese al grave impacto social que tuvo la crisis financiera que arrancó en 2008 el modelo económico actual sigue siendo el mismo que imperaba en ese entonces.
"Los que escucharon hace tiempo que la apertura del mundo era buena descubrieron luego el otro lado de la medalla: deslocalizaciones, degradación de las condiciones de vida y de trabajo, dumping social y medioambiental", relató Macron.
Francia, agregó, está decidida a impulsar estas reflexiones y la lucha contra la desigualdad durante su actual presidencia del G7.
A nivel Europeo impulsará la idea de un salario mínimo, una idea que Merkel dijo en su intervención que su gobierno comparte.
"Tenemos que ver como tener un salario mínimo comparable teniendo en cuenta el nivel de vida en los diferentes países, pero al menos que haya condiciones mínimas de trabajo", defendió la canciller.
Ambos dijeron que apoyan sin ambigüedades la declaración por el centenario de la OIT, que más allá que un cúmulo de buenas intenciones se espera que ofrezca orientaciones concretas a los gobiernos sobre como abordar los acelerados y drásticos cambios en el mundo del trabajo.
"Cuando se habla de robotización, de inteligencia artificial, de digitalización, la gente tiene miedo, no ve oportunidades, sino amenazas", recalcó el presidente francés.
Macron prometió el decidido apoyo de su gobierno a un Convenio Internacional sobre Violencia y Acoso en el Trabajo, que está en un estado avanzado de negociación y que la OIT espera reciba el apoyo definitivo de sus miembros -gobiernos, sindicatos y patronales- durante esta conferencia que concluye el próximo día 21.
Entre los puntos pendientes para la adopción de esta convención está el pedido del sector de los empleadores para que se defina mejor lo que son violencia y acoso, y las conductas que los caracterizan.
Asimismo, esperan que se limite el carácter temporal y geográfico de una situación de acoso, así como la responsabilidad que tendría o no el empleador en caso de que ocurriese entre colegas pero fuera del lugar de trabajo.
La saliente primera ministra británica Theresa May es esperada también en la conferencia de la OIT, en la que se anticipa que expondrá el futuro del trabajo en su país en el contexto del Brexit.