Brasilia, 13 jun (EFECOM).- El diputado Samuel Moreira, instructor de una comisión parlamentaria que analiza una polémica reforma de las jubilaciones en Brasil, propuso este jueves eliminar del texto la posible adopción de un régimen de capitalización individual.
Ese era uno de los puntos principales del proyecto presentado por el Gobierno de Jair Bolsonaro y planteaba la creación, en un plazo de diez años, de un sistema de capitalización, mediante el que la jubilación de cada trabajador depende de lo que ahorre durante su vida, un punto que los principales partidos han pedido que se suprima, tras alcanzar un pacto.
La intención del ejecutivo es sustituir el régimen de reparto que está en vigor desde hace casi un siglo en el país y en el que todas las contribuciones de trabajadores y empleadores constituyen un fondo administrado por el Estado, que según el Gobierno está quebrado y será completamente "inviable" en los próximos años.
El asunto era esperado, al punto de que poco antes de que el diputado Moreira presentara su informe a la comisión parlamentaria, el ministro de la Presidencia, Onyx Lorenzoni, dijo a corresponsales extranjeros que el Gobierno insistirá en la adopción del régimen de capitalización individual.
"En el segundo semestre, tal vez mediante un proyecto de ley nuevo, se insistirá en la capitalización, porque es el futuro del país y de los jóvenes brasileños", dijo el ministro.
Según Lorenzoni, "con esta reforma estamos arreglando el sistema de reparto, pero es necesario fortalecer el ahorro interno", que hoy equivale a un 15 % del Producto Interno Bruto (PIB) y "es necesario que llegue por lo menos al 20 %", apuntó.
En opinión del ministro, con el déficit fiscal "eliminado" con la reforma que está en trámite en el Congreso, más "una tasa de ahorro del 20 % del PIB, una moneda estable y la capacidad de financiación recuperada", el país "volverá a atraer inversiones y sentará la base de una economía próspera".
El diputado Moreira, cuyo informe sobre el asunto será votado en la comisión parlamentaria dentro de unos diez días, también sugirió otras alteraciones a la propuesta presentada por el Gobierno, pero mantuvo la meta de ahorro fiscal prevista, situada en torno a los 265.000 millones de dólares en diez años.
Asimismo, mantuvo la propuesta de establecer una edad mínima para el acceso a la jubilación, que hasta ahora no existe en Brasil y que el proyecto sitúa en 62 años para las mujeres y 65 para los hombres.
También ha propuesto unos ligeros cambios en lo relacionado a la jubilación de los campesinos, que tendrán acceso a ese beneficio a partir de los 55 años en el caso de las mujeres y de 60 años para los hombres.
Del mismo modo, el instructor retiró del proyecto presentado por el Gobierno la obligatoriedad de que la reforma que se adopte valga para las jubilaciones de empleados de los gobiernos regionales y municipios, que según su propuesta mantendrán su propio régimen de pensiones, establecido por los legislativos locales.
Una vez analizado por la comisión, el informe presentado por Moreira y consensuado con los principales partidos políticos, pasará al pleno de la Cámara de Diputados, que según las previsiones del Gobierno podría votarlo durante la primera semana de julio próximo.