Jüri Estam
Tallin, 13 jun (EFECOM).- La crítica a la seguridad de la tecnología 5G desplegada por Huawei se ve con cautela por los expertos en Estonia, país en vanguardia digital en la Unión Europea que, sin embargo, prescinde del gigante chino como proveedor.
Tanel Tammet, profesor en Ciencias de Computación de la Universidad Técnica de Tallin, duda de que el fabricante chino haya instalado "puertas traseras" en sus dispositivos que vayan a permitir a Pekín espiar a personas y organizaciones.
Sin embargo, Tammet reconoció a Efe que "Huawei (junto con otros muchos fabricantes chinos) está a merced del Gobierno chino".
El debate en Estonia coincide con el despliegue de esa tecnología en todo el mundo y las dudas que plantea el que la empresa líder china sea responsable de su instalación en muchos países, mientras cunde la preocupación por su seguridad.
Henrik Roonemaa, editor del portal tecnológico "Geenius meedia", comparte con Tammet su opinión sobre el peligro de esas "puertas traseras" que podrían estar ocultas en dispositivos fabricados en China.
"Lo importante es que nadie parece haber encontrado puertas traseras o vulnerabilidades instaladas intencionadamente en dispositivos de Huawei y los programas que los acompañan", explicó Roonemaa a Efe.
"No se ha demostrado la prueba de la existencia de esos problemas, al menos no todavía. Pero añadiría que no es inhabitual (encontrar) programas elaborados de manera descuidada y que a menudo existes vulnerabilidades de todos modos", agregó.
Este experto estima que países como Alemania y el Reino Unido han permitido el empleo de dispositivos y programas chinos en sus infraestructuras y redes, "y parece poco probable que no hayan examinado cuidadosamente los riesgos potenciales que puedan plantear".
Un documento titulado "Huawei, 5G y China como amenaza a la seguridad", publicado por expertos del Centro de Excelencia Cibernética Cooperativa (CCDCOE, por sus siglas en inglés), con sede en Estonia, pide cautela.
"Es necesario que haya alternativas viables a la tecnología de Huawei para garantizar flexibilidad de opciones y evitar quedar vinculado solo a un proveedor sin alternativa", indica el informe.
De esta cuestión se habló recientemente en Tallin en la Conferencia de Ciberconflictos (Cycon), donde algún interviniente planteó a los asistentes la situación extrema de que unos "hackers" manipulen los semáforos de una ciudad y los pongan a todos en verde.
En la reunión el profesor Alberto Sangiovanni Vincentelli, de la Universidad de California, aludió a la multitud de dispositivos ya conectados a internet y a la explosión de la cantidad que lo estarán, justamente como consecuencia de la tecnología 5G.
Vincentelli dijo que en 2020 podrá haber unos 50.000 millones de dispositivos conectados al "internet de las cosas", lo que significa 6 por individuo, pero agregó que en 2050 se estima que habrá cien por persona.
En la reunión se aludió a una amenaza ya muy real: una red criminal puede controlar el termostato de cualquier vivienda a través del "internet de las cosas", los aparatos conectados gracias a la tecnología 5G.
Y el impacto podría ser tremendo: en un momento determinado esa red podría bajar la temperatura de los hogares conectados en medio del invierno y pedir un rescate en bitcoins para devolver los termostatos a sus niveles adecuados.
Sven Sakkov, exdirector del CCDCOE que ahora dirige el Centro Internacional para la Defensa y Seguridad (ICDS), con sede en Tallin, recordó a Efe el impacto que tuvieron ciberataques en 2015 y 2016 en Ucrania, donde quedó afectada la red eléctrica.
"Un ciberactivista impactó primero en la red eléctrica del este de Ucrania y luego en el área de Kiev. Lograron cortar el servicio eléctrico durante varias horas", dijo Sakkov.
En la propia Estonia, mientras algunos proveedores trabajan con productos de Ericsson, otros se basan en Nokia, pero el operador Elisa incluye a Huawei entre sus suministradores.
La Autoridad de Sistemas de Información (RIA por sus siglas estonias) no está permitiendo el empleo de material y programas procedentes de Huawei, según el diario local "Postimees".