La empresa Galletas Gullón ha anunciado este lunes que María Teresa Rodríguez Sainz-Rojas deja la presidencia de la compañía después de 36 años en el cargo.
La galletera, con sede en Palencia, ha informado de que será la hija de ésta, Lourdes Gullón Rodríguez, quien asuma el cargo de presidenta, una reordenación de su cúpula que también incluye el nombramiento de Juan Miguel Martínez Gabaldón -actual director general- como consejero delegado.
"Cuando asumí la presidencia, Gullón era un pequeño negocio con escasas posibilidades de subsistencia que con el paso del tiempo hemos convertido en el principal fabricante de galletas de nuestro país. Hoy doy el relevo a la siguiente generación convencida del gran futuro que le espera a esta empresa", ha explicado María Teresa Rodríguez Sainz-Rozas, en un comunicado.
A partir de ahora, Rodríguez Sainz-Rozas seguirá ligada a la compañía -de la que también es mayor accionista- en calidad de presidenta de honor vitalicia.
La empresa vivió un conflicto a nivel familiar por el control de la firma iniciado en 2009 -incluso se llegaron a abrir procedimientos judiciales- y que se dio por resuelto un lustro más tarde, con la incorporación de los tres hijos varones de la presidenta y de Gabaldón al consejo de administración.
Fuentes de Galletas Gullón han precisado hoy que precisamente los tres hermanos (Félix, Hernán y Rubén Gullón) salen de este órgano junto con tres consejeros más (Roger y Marina Martínez Canal y Javier Urbón Vara), aunque todos ellos "conservan sus puestos" en la firma.
Por el contrario, el jurista Enrique Sanz Fernández-Lomana y el catedrático José Ramón Perán González se incorporarán al órgano como consejeros independientes.
La nueva presidenta, Lourdes Gullón -miembro del consejo de administración desde 2008 y su secretaria desde 2011-, ha expresado su intención de "continuar" con el proyecto liderado por su madre y de apostar "por la alimentación saludable".
Con su llegada al cargo, la galletera da paso a la cuarta generación familiar que dirige la firma, fundada en 1892.
El objetivo de esta renovación de su cúpula es, según los responsables del grupo, "avanzar en la profesionalización" de la galletera y "poner el foco en el crecimiento del proyecto empresarial desarrollado en Gullón durante las últimas décadas".
La compañía cerró el ejercicio 2018 con una facturación de 360 millones de euros, un 5,5 % más que en 2017.
De acuerdo con sus datos, la firma ha pasado de facturar unos 6 millones de euros, vender sólo en España y dar empleo a 120 trabajadores a principios de la década de 1980 a alcanzar ahora los 360 millones de ingresos, comercializar sus productos en más de 120 países y contratar de forma directa a 1.500 personas.
Han atribuido, asimismo, el incremento de sus ventas del último ejercicio a la apuesta por la innovación para desarrollar productos "saludables" y a la mejora de las exportaciones.