Madrid, 20 jun (EFECOM).- El número de concursos de acreedores se mantuvo estable en 2018 con unas 3.600 operaciones, y la concursada típica contaba con un pasivo de 400.000 euros, frente a los casi 600.000 de 2015 o los 900.000 de 2014, según el Anuario Concursal del Colegio de Registradores.
El documento explica que la concursada típica pertenece al sector servicios (no inmobiliarios), inicia el procedimiento con doce años de edad y tiene seis empleados.
En cuanto a la situación financiera y patrimonial en la que se encuentran las sociedades que inician el procedimiento, que fue voluntario en un 94 % de los casos, más del 66 % tiene pérdidas y aproximadamente un 70 % necesitaría 25 o más años para atender sus deudas con los recursos que genera.
Sólo un 15 % tendría capacidad financiera suficiente para cumplir un convenio aprobado dentro de los límites marcados por la Ley concursal, añade el anuario, con una quita del 50 % y un plazo de espera de 5 años.
Por lo que respecta al volumen de negocio, si la mediana de las solicitantes fue de 206.069 euros, la cifra obtenida en las nuevas concursadas en 2018 fue de 402.124 euros.
Desglosados los datos por sectores, las empresas de la construcción suponen un 25,8 % del total de la muestra, frente al 30,1 % en 2016 y el 27,3 % en 2017; un 59,4 % pertenece a servicios no inmobiliarios.
Los Registradores destacan que en 2018, ya consolidada como una característica estructural del procedimiento, y con una tendencia creciente, la opción habitual tras la fase común es la liquidación, lo que ocurre en un 94,3 % de los casos.