El consejero delegado de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), Jorge Lanza, ha propuesto que exista en España un impuesto al CO2 por el que "pague más quien más contamine".
A su juicio el impuesto "lastrará a los vehículos más contaminantes" y ha señalado que debe ir acompasado con "incentivos para reducir y eliminar" las emisiones e "ir cambiando" los coches antiguos.
Lanza ha abogado también por una neutralidad tecnológica "que deje que el mercado siga innovando para una mejor solución" en la transición energética.
En un desayuno informativo organizado este lunes por Executive Fórum, el directivo de la compañía española dedicada al almacenamiento transporte y distribución de combustible, hidrocarburos y productos petrolíferos (antigua Campsa) ha indicado que, en esta transición, el objetivo "no es prohibir sino primar lo que menos contamine".
En su alocución, ha hecho hincapié en una transición ordenada en España para evitar el "riesgo de una deslocalización" de la industria.
Ha opinado que si en este proceso "se va demasiado rápido habrá un efecto boomerang y nos cargaremos la industria".
Sobre el futuro de la compañía, Lanza ha adelantado que invertirán en otras energías "cuando sean rentables". En este sentido ha apuntado al hidrógeno o a productos químicos.
"Quizá en un futuro tengamos a sustituir la 'H' (hidrocarburos) de CLH por otra cosa", ha comentado.
Sobre movilidad, Lanza ha apostado por el aumento del vehículo eléctrico sobre todo en el ámbito urbano y ha manifestado sus dudas para los trayectos de larga distancia.
Sobre CLH, que proporciona energía al 30 % de los hogares españoles, Lanza ha comentado que continúa "trabajando mucho" en el sector de la aviación que demanda infraestructura nueva.
Uno de los objetivos que ha señalado es el de "crecer e invertir" fuera de España, así como pensar en nuevas líneas de negocio de infraestructura y logística de "otros productos" al margen de los combustibles fósiles, como hidrógeno o soluciones químicas.
Lanza ha resumido el plan de la compañía en tres líneas generales, con un primer objetivo de reducción de su impacto ambiental a una huella de carbono "prácticamente nulo en dos años", con la compra de energía renovable.
También ha apuntado a la prestación de sus servicios para un "acceso eficiente" de la energía en geografías donde no existe, en países como Omán, entre otros, y ha apostado por una creciente inversión en digitalización.
CLH avanza en este terreno, ha dicho, con la creación de albaranes electrónicos, con el mantenimiento preventivo o con el tratamiento de imágenes vía satélite para la seguridad de las instalaciones.