El 51,9 % de los accidentes laborales con baja ocurren en las tres primeras horas de la jornada laboral, si bien la segunda hora de trabajo es la que presenta una mayor siniestralidad, ya que en ella se concentran dos de cada diez accidentes.
El perfil mayoritario del accidentado en el trabajo es el de un hombre entre 31 y 50 años, con una antigüedad en la empresa inferior a tres años, que sufre un siniestro de carácter leve, en lunes, durante la segunda hora de la jornada laboral y mientras realizaba un desplazamiento (andar, correr, subir o bajar).
Son datos del IV Observatorio de siniestralidad laboral de Asepeyo, que destaca que la siniestralidad laboral con baja encadena cinco años creciendo más que el empleo, al aumentar en 2018 un 4,4 %, 1,5 puntos por encima del incremento de la afiliación.
"Aunque es una tendencia habitual que en ciclos económicos de crecimiento aumente también la siniestralidad, ese 4,4 % es importante", ha señalado a
El coste ascendió a 141,9 millones de euros solo por las bajas por incapacidad temporal por accidente de trabajo gestionadas por esta mutua, que tiene alrededor del 16 % del mercado.
De ese importe, 106,4 millones fueron desembolsados por Asepeyo, en tanto que 35,4 millones correspondieron al coste directo asumido por las empresas que mejoran la prestación por incapacidad temporal para que llegue al 100 % del salario, dado que la baja solo cubre el 75 % de la base de cotización.
Perea explica que extrapolando los costes de Asepeyo al conjunto del sistema el gasto directo en bajas por accidente laboral ascendió en 2018 a 800 millones.
La cifra se elevaría hasta 2.500 millones si se suman costes indirectos como los derivados de contratar a un trabajador sustituto o los costes de oportunidad por los servicios y bienes que se dejan de producir durante la baja.
La construcción es el sector con una mayor incidencia de bajas respecto al total de ocupados, además de ser el que registró el mayor crecimiento de la siniestralidad en 2018 (12,8 %), de acuerdo con los datos de Asepeyo.
Le siguen en mayor incidencia la industria manufacturera, la hostelería y el sector del transporte y almacenamiento.
Según el observatorio, conforme avanza la jornada laboral menor es la tasa de siniestros, incluso para las jornadas que se prolongan hasta 12 horas.
El lunes es el día con más accidentes laborales con baja, el 21,1 % del total, una tasa que va bajando conforme pasan los días, si bien Asepeyo explica que en este caso muchas veces los accidentes que ocurren en viernes se dejan pasar y no se informan hasta el lunes si las molestias persisten.
Uno de cada cinco accidentes deriva en patologías de la espalda, si bien el 99,28 % de los accidentes de trabajo son de carácter leve, el 0,60 % graves, el 0,03 % muy graves y el 0,09 % mortales.
La incidencia de los accidentes mortales es de 0,33 por cada 10.000 trabajadores, menos de una cuarta parte de la registrada en el año 2000 (1,47).
Esto supone que solo un 7,2 % de los trabajadores tuvo algún accidente el año pasado, si bien de ellos hay un 11 % que tuvo más de uno y que acumula uno de cada cinco accidentes, lo que les convierte en el colectivo en el que las empresas deben extremar la prevención de riesgos.
Para Perea, otro de los aspectos en los que debe incidir la prevención es en los accidentes de tráfico, porque aunque solo representan el 13,5 % del total de los accidentes laborales con baja médica, son los responsables de casi la mitad de las muertes (46,5 %).
De los 73 fallecidos en accidente laboral contabilizados por Asepeyo en 2018, 11 murieron en un accidente de tráfico durante la jornada y 23 lo hicieron in itínere, al ir o al regresar del trabajo al domicilio habitual.
Además, el 16,4 % del total de días de baja están relacionados con accidentes de tráfico, que suelen tener también una duración media superior a las bajas por otro tipo de accidente. EFE