Es una cuestión puramente estadística: el 77% de los conductores españoles reconoce que se distrae a menudo mientras conduce, el 50% admite sobrepasar de forma habitual algún límite de velocidad, y la media en la que creen que pueden dejar desatendido el volante sobrepasa los dos segundos, suficiente para recorrer a ciegas unos 80 metros. Son algunos datos que explican el riesgo de accidente en nuestras carreteras y que redundan en la percepción de que las distracciones son el peor copiloto posible en el automóvil.
Es el escenario que dibuja el estudio Españoles al volante, distracciones y uso del móvil, elaborado por las compañías Gonvarri y Movistar. Se trata de la segunda edición de un documento que busca "determinar las distracciones en general y el uso del móvil en particular, así como contribuir a la concienciación sobre seguridad vial".
El informe explica con números el hasta qué punto tenemos un papel activo y protagonista en la seguridad en las carreteras. Es algo que todos sabemos, si bien, y para empezar, una de las conclusiones del documento resulta paradójica al pensar en ello: más de la mitad de los encuestados (54,46%) cree que en España no se conduce de forma responsable y segura; sin embargo, nueve de cada diez (91,27%) sí se consideran buenos conductores. "La culpa es de los demás", parece decir el cruce de ambos datos.
El móvil, el rey de las distracciones
Y otro más: el 95,63% considera que, siendo más responsables con el coche, podríamos reducir los accidentes a la mitad. Entonces, si tan buenas son las intenciones, ¿cuál es el problema? En general, y aunque el desglose de datos es ciertamente exhaustivo, el dossier jerarquiza las causas de tales distracciones.
El móvil es la primera, y con diferencia, puesto que la versatilidad de estos dispositivos también se manifiesta en distintas formas de perder de vista la carretera: escribir mensajes, leer noticias, buscar información, o incluso hacer fotos y vídeos son actividades que tienen en común la pantalla; y la pantalla, obviamente, no es la carretera. Solo se reduce un tanto la percepción de peligrosidad con el uso de manos libres, del GPS o de selección de música, aunque en general un 54,37% reconoce haber vivido una situación de riesgo en estas circunstancias.
El perfil personal es significativo en este punto, ya que generalmente estas distracciones afectan más a los hombres que a las mujeres (60,22% frente al 48,45%), a casi todas las edades -solo se salva el grupo a partir de los 55 años- y preferentemente a conductores que hacen más de 10.000 kilómetros al año.
El móvil es el principal factor de riesgo. Pero hay otras causas que explican los momentos de distracción. En general, solo un 23,02% de conductores asegura que nunca se suelen distraer al volante. El resto señala al teléfono móvil, como hemos comentado (89,73%), con una amplia diferencia sobre el cansancio (64,73%) o la conducción agresiva (57,09%), factores con los que comparte el podio en este ámbito.
La tecnología como 'tutor'
El documento es pródigo en datos y sus conclusiones trazan un completo panorama de nuestros hábitos de conducción. Pero, como sucedía en el caso de nuestra pericia al volante, hay paradojas curiosas. Otra gira en torno al uso de la tecnología. Muchos, un 85,71%, creen que la tecnología puede ayudar al ser humano a conducir con mayor seguridad aunque, más allá de los elementos incorporados al vehículo de serie, apuntan a opciones como sistemas que impidan poner el coche en marcha si se detecta alcohol, drogas, o cansancio en el piloto.
En este sentido, los números hablan de una confianza mayor en estos medios que en la propia responsabilidad de quien conduce el vehículo, algo contra lo que el estudio pretende luchar, precisamente. Otros datos también dejan clara esta necesidad: por ejemplo, cerca de un 20% cree que un consumo moderado de bebida no afecta a sus reflejos, un 10% ve las normas como una barrera que no va con ellos y más del 8% admite conducir de manera agresiva.
El factor humano como motivación
El estudio Españoles al volante, distracciones y uso del móvil es crítico, pero también constructivo. Por eso dedica uno de sus apartados a analizar qué aspectos pueden motivar al conductor a ser más responsable al volante. Es una pregunta que todos podemos hacernos y seguramente coincidamos con las conclusiones en este punto. El miedo a tener un accidente es algo que hace levantar el pie del acelerador al 82,49% de españoles, aunque el factor humano se mantiene en el resto de causas: llevar a gente consigo y pensar en la familia es algo que afecta al 75,40% y al 72,27%, respectivamente. Factores materiales como las multas o perder los puntos del carnet quedan en segundo plano.
Lo cierto es que se puede aducir que al menos hay muchos -el 92,99%- que creen que pueden mejorar como conductores pero el 80% asegura que no ha recibido ningún tipo de formación sobre seguridad vial después de sacarse el carnet de conducir.
El trabajo llevado a cabo por el Instituto Sondea ha recopilado las respuestas de 2.016 conductores de todo el territorio nacional, manteniendo las proporciones de sexo, edad y ubicación tomando datos del INE. A todos ellos, y como novedad en esta edición, también se les preguntó sobre la convivencia con las bicicletas en las carreteras.
En general, 7 de cada 10 españoles estiman que los ciclistas tienen los mismos derechos de circulación que los vehículos a motor, si bien les ven como el eslabón más débil: el 40,43% cree que se están jugando la vida, aunque los números dicen que se suele respetar la distancia de adelantamiento. Eso sí, en caso de accidente, se señala que los conductores son los culpables (59,82%). Otro motivo más para ser más responsable.