Madrid, 8 jul (EFECOM).- El mercado desconfía de los planes de Deutsche Bank, que ha retrocedido este lunes más del 5 % en Bolsa, tras anunciar que suprimirá 18.000 empleos en todo el mundo en los próximos tres años, una de las mayores reestructuraciones de un banco tras la crisis financiera.
En un primer momento la noticia fue recibida con cierto agrado y los títulos de la entidad llegaron a subir más del 4 %, hasta rozar los 7,5 euros por acción, ante la posibilidad de que el banco reduzca considerablemente sus costes como vía para mejorar su eficiencia y rentabilidad.
Sin embargo, el plan de ajuste de Deutsche Bank incluye una significativa reducción de su banca de inversión, un nuevo cambio estratégico que no ha terminado de convencer al mercado a tenor de los continuos vaivenes de la acción, que llegó a caer más del 7 %. hasta un mínimo intradía de 6,65 euros.
Al final, la acción bajó el 5,39 %, hasta 6,78 euros por título.
Los analistas consideran que esos movimientos en el valor y, especialmente, las caídas registradas durante buena parte del día, muestran que los inversores dudan sobre el retorno de este ajuste, que costará al banco unos 7.400 millones de euros y le obligará a anotarse pérdidas ya de 2.800 millones en sus cuentas trimestrales.
A partir de ahora el primer banco alemán se centrará en su negocio de banca corporativa, banca de inversión (más acotada que hasta ahora), banca privada y gestión de activos, ramas de negocio que desarrolla en España, lo que haría pensar que se librará de los ajustes de empleo.
Desde XTB, el analista Miguel Momobela cita también el intento de Deutsche Bank por "drenar" en torno al 40 % sus activos tóxicos con la creación de un banco malo, pero no se atreve a aventurar si todas estas medidas acabarán siendo buenas para la entidad.
"De ser positivas, no empezarían a verse resultados hasta 2020, 2022, 2023 quizá. Con lo cual, estamos hablando de una reestructuración que en el corto plazo no va a ser positiva", resume a Efe el experto.
Añade también que el negocio de banca de inversión, a pesar de sus pérdidas, aportaba capital y augura que ahora otras entidades cubrirán el hueco que deja Deutsche Bank, sin ir más lejos el propio Commerzbank, con el que intentó fusionarse.
El profesor de Economía en el IE Business School Rafael Pampillón coincide en que si Deutsche Bank no hace banca de inversión, lo harán otros bancos e incluso otros intermediarios financieros, por lo que considera que eso "no es un problema grave".
Pero advierte de que, más allá de esta entidad, lo que hay que resolver es el sistema bancario alemán en su conjunto, que está pasando "por muchas dificultades desde hace mucho tiempo", lo que ahora se junta además con la crisis del automóvil.
Ante esta coyuntura da por descontado un aumento del desempleo en Alemania, una país con tasas de paro muy reducidas pero que irán subiendo en un futuro próximo, vaticina.
Más optimista se muestra César Lajud, profesor de Economía en la Universidad Europea y experto en banca, a pesar de la volatilidad de los mercados, pues cree que Deutsche Bank está diciendo algo muy importante: qué nicho de mercado quiere atacar o qué prioridades tiene como banco en el mundo.
Aún así, Javier Niederleytner, profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB, considera que Deutsche Bank es un banco que está "malacostumbrado" a tener movimientos demasiado fuertes; es un valor que se ha convertido casi en especulativo, por ejemplo, con tanta "rumorología" sobre posibles fusiones.
Además, advierte que la situación de los bancos en Europa con tipos de interés en cero "no es fácil" y Alemania no es una excepción, como tampoco lo es Deutsche Bank.