Sao Paulo, 10 jul (EFECOM).- La inflación de Brasil en junio se ubicó en el 0,01 %, lo que supone una desaceleración frente al 0,13 % registrado en mayo y el menor nivel en lo que va de año, informó este miércoles el Gobierno.
Empujado por la caída de los precios de alimentos de la canasta familiar y los servicios de transporte, el resultado de junio es el menor para el sexto mes desde 2017, cuando había sido del -0,23 %, según el informe divulgado por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
En el primer semestre de 2019, la inflación acumula un alza del 2,23 %, en tanto que la variación interanual se ubicó en junio en un 3,37 %, por debajo del centro de la meta del 4,25 % fijada por el Gobierno y dentro de la franja de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales, que va del 2,75 % al 5,75 %.
El resultado de junio es también el menor desde noviembre del año pasado, cuando se presentó una deflación del 0,21 %.
En junio, tres de los nueve grupos de productos y servicios usados en la medición mostraron deflación: alimentos y bebidas (-0,25 %), transportes (-0,31 %) y comunicaciones (-0,02 %).
Uno de los factores que pesó en el resultado fue la caída de precios de alimentos básicos de la canasta familiar como las frutas (-6,14 %), de las que se redujo la demanda por el invierno, y el fríjol (-14,8 %), cuya oferta aumentó.
El grupo de transporte también impulsó la desaceleración de la inflación de junio, principalmente por la reducción de los precios de la gasolina (-2,04 %), diesel (-0,83 %) y etanol (-5,08 %).
"Los dos grupos (alimentos y transporte) ayudaron a contener los precios en junio. Ambos representan un 43 %, casi la mitad del IPCA (Índice de Precios al Consumidor Amplio)", señaló el gerente del IBGE, Fernando Gonçalves, citado en el informe.
En cuanto a las altas de mayo, destacó el grupo de salud e higiene personal con una subida del 0,64 %.
Brasil terminó 2018 con una inflación del 3,75 %, dentro de la meta establecida por el Gobierno, que era del 4,5 %, y en medio de la todavía lenta recuperación de su economía tras la profunda recesión registrada entre 2015 y 2016, período en que el Producto Interior Bruto (PIB) se desplomó siete puntos porcentuales.