Sao Paulo, 13 jul (EFECOM).- El pleno de la Cámara Baja de Brasil dejó este viernes preparada para una segunda votación la reforma del sistema de pensiones, un proyecto defendido por el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro que ha sufrido algunas modificaciones después de intensas y prolongadas negociaciones en el Congreso.
Estos son algunos de los ejes del proyecto, el cual todavía deberá ser sometido a un nueva sanción en la Cámara de los Diputados y a otras dos votaciones en el Senado para su aprobación definitiva.
1.- Establecimiento de una edad mínima
El texto prevé una edad mínima de jubilación, pero algunos sectores, como el de los profesores o de los cuerpos de seguridad federales, contarán con un régimen diferenciado.
El requisito de una edad mínima no existe en el actual sistema, que permite a las mujeres jubilarse con 30 años de cotización y a los hombres con 35, de tal forma que hay casos en los que es posible acceder a esa prestación con unos 50 años.
- Trabajadores del sector privado en zonas urbanas
Edad mínima de jubilación de 62 años para las mujeres y de 65 para los hombres, con un tiempo mínimo de contribución de 15 años años.
- Trabajadores de zonas rurales
Edad mínima de jubilación de 55 años para las mujeres y de 60 para los hombres, con un tiempo mínimo de contribución de 15 años años.
- Funcionarios públicos federales
Edad mínima de jubilación de 62 años para las mujeres y de 65 para los hombres, con un tiempo mínimo de contribución de 25 años años.
2.- Cálculo de beneficio
El valor de la jubilación será calculado teniendo en cuenta la media de contribución del trabajador.
Al alcanzar el tiempo mínimo de contribución, los trabajadores del régimen general tendrán derecho al 60 % del beneficio integral, con un aumento de dos puntos porcentuales por cada año más de contribución.
De esta forma, para obtener el 100 % de la paga será necesario alcanzar la edad mínima exigida, así como 35 años de contribución para las mujeres y 40 para los hombres.
3.- Transición de 14 años con diferentes opciones
La propuesta recoge un periodo de transición de 14 años. Durante ese periodo, el trabajador tendrá diferentes opciones para jubilarse siguiendo diferentes fórmulas, dependiendo de si prefiere optar por la edad mínima o el tiempo de contribución, o hacer una media entre ambos factores.
4.- Millonario ahorro para las cuentas públicas
El Gobierno había previsto inicialmente un ahorro fiscal equivalente a unos 265.000 millones de dólares en 10 años. Esa cifra, sin embargo, podría ser menor debido a los cambios que el proyecto ha sufrido en la Cámara baja, cuyo impacto aún no ha sido completamente calculado.
5.- Exclusión de estados y municipios
El documento aprobado en la primera votación por la Cámara de los Diputados no modifica las reglas para la jubilación de los funcionarios públicos de los estados y municipios, solo para los federales.
Según el Atlas del Estado Brasileño, de 2017, los funcionarios públicos municipales representan el 57 % del total en el país, mientras que los regionales equivalen al 33 % y los federales apenas al 10 %, aunque poseen los sueldos y las pensiones más elevadas.
6.- Quien gana más paga más
La reforma establece cambios en las retenciones de los trabajadores. Serán, además, progresivas. Los que tengan un salario mayor, contribuirán más al sistema y a los que perciban un sueldo menor, se les retendrá menos.
En el sector privado, las alícuotas efectivas varían del 7,65 % al 11,68 %, mientras que las de los funcionarios van del 7,5 % al 16,79 %, dependiendo de la franja salarial.
7.- La reforma excluye el régimen de capitalización
La reforma deja fuera el sistema capitalización individual, similar al chileno y en el que la jubilación de cada trabajador dependerá de su capacidad de ahorro a lo largo de su vida laboral. El Gobierno, no obstante, pretende insistir en el asunto y podría proponer un proyecto de ley específico sobre ese punto, con el fin de que sea opcional para cada trabajador.
8.- Largo camino por delante