Washington, 16 jul (EFECOM).- La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha presentado este martes formalmente la renuncia a su cargo en la institución financiera internacional, que será efectiva a partir del 12 de septiembre.
"Me he reunido con el Directorio Ejecutivo y presentado mi renuncia al Fondo con efecto a partir del 12 de septiembre de 2019 (...) Con mayor claridad ahora sobre mi proceso de nominación para presidir el Banco Central Europeo (BCE) y el tiempo que tomará, he tomado esta decisión en el mejor interés del Fondo, ya que facilitará el procedimiento de selección de mi sucesor", explicó Lagarde en un escueto comunicado.
Como consecuencia, la institución indicó que "iniciará rápidamente el proceso de selección del nuevo director gerente y lo comunicará de manera oportuna".
Lagarde, la primera mujer en dirigir el FMI en sus 75 años de historia, había anunciado el pasado 2 de julio su "renuncia temporal" tras conocerse su nominación para encabezar el BCE.
Mientras tanto, el Directorio Ejecutivo del Fondo afirmó "tener la mayor confianza en David Lipton, quien se mantendrá como director interino en el periodo de transición".
Lagarde, de 63 años, llegó a la principal institución financiera internacional en 2011 tras la salida de Dominique Strauss-Kahn, otro antiguo ministro francés que tuvo que dimitir enfangado en un escándalo sexual.
Su segundo mandato, renovado en 2016, concluía en julio de 2021.
Con su salida del Fondo, se abre un complejo proceso de sucesión en el seno del organismo.
Fruto de una norma no escrita tras los acuerdos de Bretton Woods de 1944 en los que se fundó el FMI y su institución hermana, el Banco Mundial, las grandes potencias se repartieron la designación de la dirección de ambos organismos.
Estados Unidos escoge al presidente del BM mientras que Europa selecciona al jefe del Fondo.
Este sistema ha generado quejas por parte de las economías emergentes y organizaciones no gubernamentales (ONG), quienes han criticado la falta de transparencia y que no refleje la evolución actual en la economía global.