La compañía de telecomunicaciones sueca Ericsson registró un benefició neto de 4.300 millones de coronas suecas (408 millones de euros) hasta junio, principalmente gracias a las ventas en los mercados norteamericano y del noreste asiático.
En el primer semestre de 2018, las pérdidas ascendían todavía a 2.500 millones (237 millones de euros), señala la compañía en un comunicado.
El resultado neto de explotación (ebit) pasó de una pérdida de 100 millones de coronas (9,5 millones de euros) a una ganancia de 8.600 millones de coronas (817 millones de euros).
Las ventas netas ascendieron en los seis primeros meses del año a 103.700 millones de coronas (9.851 millones de euros), frente a los 93.200 millones de coronas (8.854 millones de euros) en el mismo periodo de 2018.
El beneficio neto en el segundo trimestre de este año fue de 1.800 millones de coronas (171 millones de euros), cuando un año atrás la compañía registró entre abril y junio pérdidas por un volumen de 1.800 millones de coronas.
El beneficio operativo aumentó de 200 millones de coronas (19 millones de euros) en el segundo trimestre del año pasado a 3.700 millones de coronas (351 millones de euros) en el mismo periodo de este año.
Las ventas netas subieron un 10 % interanual hasta los 54.800 millones de coronas (5.204 millones de euros), frente a los 49.800 millones de coronas (4.729 millones de euros) un año antes.
El director ejecutivo de la compañía, Börje Ekholm, destacó que el crecimiento orgánico fue del 7 % en este trimestre, impulsado principalmente por las ventas en América del Norte y el Noreste Asiático.
Dijo ver "un fuerte dinamismo" en el negocio 5G de la empresa, "tanto en lo que respeta a nuevos contratos y nuevos lanzamientos comerciales como a redes en vivo".
"Hasta el momento hemos creado soluciones para casi dos tercios de todas las redes 5G de lanzamiento comercial", precisó.
Recordó que Ericsson sigue en negociaciones con el Departamento de Justicia y el órgano supervisor de los mercados financieros en relación con una investigación sobre el cumplimiento de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA, por sus siglas en inglés).
Agregó que al tratarse de un asunto legal, la compañía no puede dar más destalles ni tampoco puede pronosticar cuánto tiempo se prolongarán estas conversaciones de cara a una resolución.