Túnez, 18 jul (EFECOM).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) calculó hoy la tasa de crecimiento de Túnez en un máximo del 2 % debido a una rentabilidad "decepcionante" de la industria durante los últimos meses, e invitó al Gobierno a acelerar las reformas económicas.
En un comunicado de prensa al término de la quinta visita de trabajo, concluida anoche, Björn Rother, jefe de la misión del FMI para Túnez, señaló que el objetivo "crucial" debe ser alcanzar el déficit presupuestario fijado en un 3,9 % del PIB.
En su opinión, solo así se podrá limitar la acumulación de la deuda pública que a finales de 2018 alcanzó el 77 % del PIB.
El FMI advirtió, asimismo, de que las política macroeconómicas de Túnez deberían orientarse a corto plazo hacia la reducción del déficit presupuestario y la deuda externa, la disminución de la inflación y a reforzar la protección social para aquellos hogares más desfavorecidos.
Además alertó de que riesgos como "la apreciación reciente del dinar, el aumento de los precios del petróleo y un crecimiento ralentizado entre los principales socios económicos que puede dificultar los pagos en curso a pesar de una temporada turística más favorable de lo previsto", podrían afectar a dichas perspectivas.
"Esto hace aún más necesario el desarrollo en materia de ingresos fiscales y el cobro de pagos atrasados, así como medidas suplementarias para limitar los gastos de funcionamiento, incluida la moderación de la masa salarial y las subvenciones energéticas", añadió Rother.
El responsable aplaudió, no obstante, la puesta en marcha de políticas monetarias y presupuestarias "más rigurosas" durante el primer semestre del año que han permitido reducir la inflación hasta el 6,8 %, frente al 7,7 % que alcanzó en su punto más alto durante el ejercicio anterior.
También han facilitado que se reduzca la refinanciación acordada por los bancos y que se instalen las bases para la reducción del déficit presupuestario por segundo año consecutivo.
En mayo de 2016, el FMI y el Banco Mundial concedieron un préstamo de 2.500 millones de euros al país magrebí, de los que ha recibido hasta el momento un poco menos de la mitad.
La concesión del resto de la ayuda fue congelada meses atrás después de que el organismo lanzara varias advertencias al Gobierno por no cumplir con las políticas de austeridad y recortes exigidas a cambio del crédito.