Madrid, 24 jul (EFECOM).- El Banco de España ha advertido este miércoles de que los préstamos dudosos en bienes de consumo duradero crecen un 19,2 %, al tiempo que señala que todavía hay un "significativo" margen de mejora en la reducción de dudosos en construcción e inmobiliario.
En un artículo analítico elaborado por Pana Alves, Irene Roibás, Fabian Arrizabalaga y Javier Delgado, de las direcciones de Esconomía y de Estabilidad Financiera, los autores señalan que la "limpieza" de los dudoso en construcción ha sido un elemento "clave" del proceso de saneamiento del sector bancario español pero entienden que hay que ir todavía más allá.
El crédito dudoso a hogares para bienes de consumo aumentó un 14,9 % interanual en el primer trimestre de este año pero en el caso de los bienes de consumo duradero el porcentaje se dispara hasta el 19,2 %, y además, acelerándose respecto al trimestre anterior.
No obstante, el conjunto de los dudosos de hogares bajó un 9,1 %, hasta el 4,8 %, por el mayor peso de la financiación de vivienda, donde los préstamos en duda bajaron un 12,6 %.
El crédito dudoso en construcción bajó hasta marzo un 36,3 % en tasas interanual, por las ventas mayoristas de las carteras de préstamos dudosos, y respecto a diciembre de 2013 se redujo en un 86 % o 73.000 millones de euros.
Pese a ello, los dudosos en el sector de la construcción e inmobiliario se sitúan todavía en el entorno del 10 %, frente al 5,7 % de la media general, que bajó un punto respecto al año anterior y ocho puntos sobre 2013.
Los datos reflejan que el volumen total de préstamos dudosos se redujo un 17,2 % interanual a cierre de marzo de 2019 y más del 65 % desde los valores máximos de finales de 2013.
El informe destaca que en los primeros meses de 2019 las condiciones de financiación para empresas y hogares continuaron siendo holgadas aunque "empiezan a apreciarse síntomas de agotamiento" de esta tendencia.
Así, la Encuesta de Préstamos Bancarios refleja un leve endurecimiento de los criterios de aprobación de los préstamos a hogares tanto para vivienda como para consumo, algo que no sucedía desde principios de 2013.
Al tiempo, los costes de los nuevos préstamos parecen haberse estabilizado en niveles históricamente reducidos abandonando la senda descendente de los últimos años, e incluso en vivienda hubo un leve repunte desde septiembre de 2018 a mayo de 2019.
Además, la demanda de crédito es más débil, tanto en hogares como en empresas: las nuevas operaciones de crédito a vivienda y consumo aumentaron entre marzo y mayo una media del 8 % y el 2,2 % (frente a medias en 2018 del 15,1 % y el 18,3 %).