(Actualiza con declaraciones de Carlos Tavares)
PSA tuvo en el primer semestre 1.832 millones de euros de beneficio, un 23,7 % más que en el mismo periodo de 2018, y eso pese a la caída del 12,76 % de las ventas de vehículos, anunció este miércoles el grupo francés.
La mejora de los resultados se debió, en particular, al aumento de la rentabilidad gracias a la venta de vehículos con mayor valor añadido y a la reducción de costes, y eso pese al impacto negativo de las variaciones de tipos de cambio, destacó PSA en un comunicado.
El resultado operativo creció hasta 2.491 millones de euros, frente a los 2.267 millones de la primera mitad del pasado año. En términos corrientes, el beneficio operativo subió un 10,6 % hasta 3.338 millones.
Su margen operativo alcanzó un nivel récord para la empresa del 8,7 %, nueve décimas más que en la primera mitad de 2018.
La facturación cayó un 0,7 %, hasta 38.340 millones de euros. En el caso de la división automovilística, ese descenso fue del 1,1 %, hasta 30.378 millones.
En ese retroceso pesó el citado bajón del 12,76 % de las matriculaciones por los batacazos sufridos en China, en Latinoamérica y en Turquía, así como por el parón total en Irán a causa del embargo de Estados Unidos, pero también, entre otras cosas, por un efecto negativo de los tipos de cambio (-0,8 %).
Todo eso no pudo ser compensado por el aumento del precio medio de los vehículos (+1,3 %) y por la venta de modelos de mayor nivel y por tanto más caros (+2,9 %).
PSA prevé que en el conjunto de 2019, el mercado del automóvil bajará un 1 % en Europa, un 4 % en Latinoamérica y hasta un 7 % en China, mientras que crecerá un 3 % en Rusia.
En ese contexto, su objetivo es un beneficio operativo corriente medio por encima del 4,5 % para la división automovilística en el periodo 2019-2021.
El consejero delegado, Carlos Tavares, aseguró que su empresa está mejor preparada que otros competidores para cumplir con las nuevas reglas europeas de emisiones para los dos próximos años, gracias al vuelco tecnológico en favor de los vehículos eléctricos, pero advirtió sobre la erosión de sus márgenes.
En una conferencia para explicar los resultados, Tavares lamentó las críticas a las nuevas tecnologías del diésel, a su juicio injustificadas, por parte de los responsables políticos que han tenido como consecuencia el hundimiento de las ventas (al 30 % en Europa) y el aumento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Afirmó que si sus matriculaciones de coches diésel baja al 10 % del total y las de eléctricos (en los que sus márgenes son muy bajos) subieran hasta el 7 % del total, cumplirían con la nueva reglamentación y seguirían siendo rentables.
En cuanto a la posibilidad de fusionarse con otro constructor, el "número uno" de PSA afirmó que "por supuesto" están abiertos a esa posibilidad, pero sólo si fuera generador de sinergias y de valor para los accionistas porque ahora no lo necesitan ni es lo que centra su atención.