El producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos experimentó un crecimiento anualizado del 2,1% entre los meses de abril y junio, lo que representa una caída de un punto porcentual con respecto al incremento del trimestre inmediatamente precedente, según la primera estimación del dato publicada este viernes por la Oficina de Análisis Económico del Gobierno (BEA, por sus siglas en inglés).
Sin tener en cuenta el crecimiento del 1,1% del cuarto trimestre de 2018, afectado por el cierre del Gobierno federal en EEUU, el dato publicado es el peor desde el cuarto trimestre de 2015, cuando la economía del país norteamericano creció un 0,1%.
La inversión privada y la balanza comercial han sido las dos variables que han arrastrado hacia abajo el crecimiento del PIB en más de un punto y medio porcentual.
En concreto, la inversión entre abril y junio se contrajo un 5,5%, principalmente por la caída del 10,6% de la inversión en equipos. A su vez, las exportaciones cayeron un 5,2% en el segundo trimestre, mientras que las importaciones avanzaron en una décima.
El gasto de los consumidores, la variable que lideró el crecimiento del PIB en el segundo trimestre del año, aumentó a un ritmo del 4,3%, frente al 1,1% registrado en el trimestre anterior. La inversión y el gasto del Gobierno, que también han sumado al PIB en este periodo, crecieron un 5%, lo que equivale a su mayor ritmo desde el segundo trimestre desde 2009.
El Departamento estadounidense también ha informado de que los ingresos personales disponibles crecieron un 4,9%, una décima menos que entre enero y marzo. Asimismo, la tasa de ahorro personal descendió en cuatro décimas, hasta situarse en el 8,5%.