La aerolínea irlandesa de vuelos económicos informó este lunes de que su beneficio cayó el 21 % en el primer trimestre de su ejercicio fiscal, hasta los 243 millones de euros, como consecuencia del abaratamiento de los billetes y el aumento de los costes de plantilla.
La compañía también atribuyó el descenso en sus ganancias entre los pasados meses de abril y junio al encarecimiento del combustible, si bien estos resultados están en línea con las previsiones anteriores, según explicó en un comunicado su consejero delegado, Michael O'Leary.
El directivo destacó que los ingresos alcanzaron los 2.310 millones de euros, el 11 % más que en el primer trimestre de 2018, mientras que el tráfico de pasajeros subió hasta los 41,9 millones, el 11 % más.
El aumento de los viajeros estuvo propiciado, en parte, por una bajada del 6 % en el precio de la tarifa área, cuyo coste medio fue de 36 euros, pero esa caída se vio compensada por un crecimiento del 27 % en los ingresos auxiliares, que incluyen las ventas a bordo, recargos por equipaje o de embarque con prioridad.
"En consecuencia, los ingresos por cada pasajeros (RPP, sus siglas en inglés), se mantuvieron más o menos sin cambios en los 55 euros", señaló O'Leary en la nota.
A pesar de la caída de los beneficios, Ryanair mantiene su pronóstico de resultados para el resto del año fiscal, que concluye el 31 de marzo, cuando prevé que ganará entre 750 y 950 millones de euros.
La aerolínea líder en Europa del sector de bajo coste ya advirtió este mes de que el retraso en la entrega de aviones Boeing 737 MAX por parte del fabricante estadounidense provocará "recortes y cierres" en algunas bases de operaciones europeas durante el próximo invierno y el verano de 2020.
O'Leary estimó que la medida reducirá el crecimiento de la compañía en el verano de 2020 del 7 al 3 %, por lo que el tráfico anual de pasajeros podría caer de los 162 millones previstos hasta ahora a los 157 millones.
El responsable de Ryanair recordó que la aerolínea ha efectuado un pedido de aparatos Boeing MAX200s, una variante del modelo MAX que debe recibir una certificación diferente por parte de la Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA, sus siglas en inglés) y la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA).
Ryanair tiene previsto recibir su primer avión MAX200 "entre enero y febrero de 2020", pero dado que solo puede aceptar pedidos de entre seis u ocho aparatos cada mes, la compañía ha planificado el calendario del verano de 2020 con la llegada de 30 de nuevas unidades "hasta finales de mayo" de ese año.