El BBVA obtuvo un beneficio neto de 734 millones de euros en España en la primera mitad de este ejercicio, un 1,7 % menos que un año antes, debido al recorte de los ingresos, sobre todo los derivados de operaciones financieras, y a la liberación de provisiones.
En una nota remitida hoy al supervisor español del mercado, la CNMV, la entidad explica que la calidad crediticia mejoró gracias a la reducción de los saldos dudosos tras la venta de carteras de créditos dudosos y fallidos en el segundo trimestre.
En consecuencia, la morosidad se redujo hasta el 4,6 %, para una cartera crediticia de 167.541 millones de euros, que creció un 0,8 % interanual apoyada en la evolución del crédito al consumo (+9,2 %) y las tarjetas (+18,2 %), entre otras razones, que compensaron la reducción del 3,4 % de los préstamos hipotecarios.
Los depósitos de clientes bajaron ligeramente con respecto a diciembre de 2018, un 1,4 %, hasta 180.434 millones de euros, en tanto que los recursos fuera de balance crecieron un 2,9 % hasta 64.370 millones, especialmente por los fondos de inversión.
En cuanto a los principales márgenes de la cuenta, el de intereses -que recoge la mayor parte de los ingresos- bajó un 2,4 %, en tanto que el recorte del 67,4 % de las operaciones financieras y la caída del 0,6 % de las comisiones condujeron a un margen bruto de 2.618 millones, que se redujo casi un 7 %.
Tras restar unos gastos de explotación de 1.628 millones, que se redujeron un 3,5 %, el margen neto quedó en 1.190 millones después de reducirse en casi un 11 %.
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